La casa que hoy nos ocupa se encuentra cerca del Port de Pollença. Podría considerarse un ejemplo moderno de arquitectura ya que las líneas rectas, los espacios diáfanos y los grandes ventanales son los protagonistas de la vivienda. El edificio ocupa una sola planta, facilitando la movilidad entre estancia y estancia, y se aprovecha la parte más alta del tejado para ofrecer un salón - comedor muy luminoso, con ventanas superiores que aportan luz natural.
El blanco predomina en las paredes interiores, combinado con acabados de madera en puertas y ventanas, muebles monocromáticos y suelos de mármol pálido. De hecho, se puede afirmar que la casa se ha concebido para disfrutarla al máximo, primando la comodidad de sus huéspedes y dando como resultado un hogar práctico y funcional. La cocina, que está equipada totalmente, mantiene su independencia como estancia, con salida propia al exterior a una terraza ideal para desayunar. A la vez, está conectada con el comedor gracias a una apertura que facilita la entrada y salida de platos, cubiertos y bebidas.
El salón cuenta con una estufa de leña, mientras que las habitaciones y los baños siguen la misma tónica que el resto de dependencias, ya que están dotadas de grandes ventanas. La habitación doble tiene un baño con bañera y ducha, y es realmente espaciosa, con un escritorio, una silla y puertas que dan a la terraza del jardín, además de unas bellas vistas a la montaña. En el exterior, una refrescante piscina pone la nota de color azul, rodeada de un entorno natural y de árboles típicos de la isla, como una majestuosa higuera.