Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una plaga en ciernes

Adicciones en auge, las nuevas tecnologías

Videoconsolas, ordenadores y móviles son el marco de las denominadas socioadicciones, a las que las familias han de enfrentarse sin saber qué hacer

Adicciones en auge, las nuevas tecnologías

Es el nuevo “patrón adictivo” sin sustancias que está desestabilizando familias, que no disponen de las herramientas adecuadas para combatirlo. Desde el Projecte Home, concretamente en su área de juventud, la pedagoga Gisela López explica en qué consiste esa nueva adicción y lo que se está haciendo en la institución para ayudar a superarla a quienes se les aplica sus terapias, básicamente adolescentes y jóvenes. Junto a ella, el director de comunicación de la institución, Antoni Parets, comenta el desarrollo de las terapias que se imparten a los 15 jóvenes a quienes, ambulatoriamente, el Projecte Home ayuda a solventar su adicción. La pedagoga precisa que al tratarse de una adicción en la que no se consume ninguna droga, “sin sustancias”, recalca, se ha de intervenir con una línea de actuación diferente a la que se sigue en las adicciones tradicionales, las basadas en el consumo de drogas o/y alcohol. Las socioadicciones constituyen un comportamiento que puede llegar a interferir gravemente en la vida de quien se engancha, hasta el punto de producir, según la pedagoga, un “colapso del tiempo”, al estar permanentemente pendiente de los dispositivos electrónicos, de las redes sociales.

No existe, precisa Gisela López, un perfil concreto del socioadicto, aunque adolescentes y jóvenes constituyan el sector de población mayoritariamente expuesto. Se trata del síntoma de “un malestar” que hay que diagnosticar para, con posterioridad, poder establecer una terapia efectiva. Quien padece este trastorno está “enganchado” permanentemente a los juegos de rol, a las redes sociales; es alguien que necesita que en las mismas se hable de él, de tener seguidores y de, en casos extremos, despertarse por la noche para consultar el móvil por temor a haberse perdido algo. Se trata de una adicción que está más presente entre los jóvenes, “personas que han nacido con un móvil en la mano”, recalca Gisela López, quien asegura que “estamos ante una adicción a la que progresivamente se le está dando más importancia, se es consciente de que hay que saber educar”.

Pistas

Cómo puede saber la familia, los padres, que el adolescente está enganchado, que se ha convertido en un socioadicto. Existen una serie de “pistas” que posibilitan darse cuenta de que se las tienen que ver con un problema que puede llegar a ser muy serio: falta de comunicación con la familia, dejar de practicar actividades sociales, disminución del rendimiento escolar..., también constituye un síntoma el que se genere tensión en el seno familiar cuando los padres tratan de establecer unos determinados límites. “Es un problema que puede solucionarse satisfactoriamente -insiste la pedagoga- estando en manos de la familia solventarlo”. ¿Cómo establecer la gravedad del caso? Cuando mayor es el aislamiento la situación es más delicada, responde.

En el Projecte Home no se ha llegado a ver ningún caso que responda al denominado perfil Hikikimori, nombre de un adolescente japonés que estuvo varios años encerrado en su habitación constantemente conectado a las redes sociales. “Se trata de un caso muy exagerado, dice Gisela López, que aquí no lo hallamos, es un caso extremo, muy raro”. Lo habitual es la de quien hace un uso abusivo de las redes sociales o de los juegos de rol y el móvil. Al plantear si constituye un síntoma el de quienes en plena calle andan ensimismados con su móvil, responde que se están dando una serie de nuevas pautas de conducta, por lo que lo de la calle constituye tan solo una parte de ellas. Añade que se trata también de una cuestión “eminentemente generacional”, añadiendo que las nuevas tecnologías facilitan mucho las cosas, y que, además, es imposible desecharlas. “Lo que hay que evitar es caer en el abuso”, afirma.

Ocurre que las nuevas tecnologías facilitan sobremanera caer en determinadas adicciones, como la ludopatía. El ludópata ya no tiene que ir a un casino o plantarse ante una máquina tragaperras en un bar, sino que puede satisfacer su adicción simplemente conectándose a los múltiples juegos on line que están disponibles en internet. “El acceso al juego es mucho más fácil que antes”, enfatiza Antoni Parets, destacando que en Projecte Home disponen de un programa denominado Ciber para personas problemáticas de edades inferiores a los 26 años. Se basa en un tratamiento ambulatorio, de una vez por semana, que establece dos modalidades: con los más jóvenes, de hasta 15 años, se trabaja con sus padres, con la familia; en la segunda modalidad, específica para los mayores de 15 años, con ellos y con la familia. Lo que se lleva a cabo son básicamente talleres formativos para dotar a las familias de las “herramientas” necesarias para hacer frente con efectividad al problema, al tiempo que a los chicos se les pone en tratamiento para que puedan superar su adicción.

Las terapias, asegura Gisela López, están funcionando satisfactoriamente; destaca que “constituye un trabajo muy gratificante, dado que los chicos suelen ser muy autocríticos, lo que ayuda mucho a que la terapia sea efectiva. ¿Son conscientes de lo que les sucede? Dice la pedagoga que, de entrada, les cuesta asumir que tienen un problema, pero cuando identifican correctamente todas las pérdidas que les acarrea empiezan a entenderlo; es el momento en el que optan por tomar decisiones de cambio.

Volver al mundo real

El retorno al “mundo real” constituye un “proceso lento”, porque hay que vérselas con una serie de sentimientos que no se desea tener que afrontar debido a la carencia de habilidades sociales o serias dificultades para relacionarse, que es lo que hace que caigan en las socioadicciones. “También hay que ser muy conscientes -afirma Gisela López- de que las tecnologías digitales progresan vertiginosamente, por lo que es imprescindible estar muy pendientes de las innovaciones, y porque, además, en los adolescentes es importantísima la imagen social, lo que obliga a saber qué valores son los que hay que transmitir”.

La pedagoga lamenta que casi siempre se llega tarde a la hora de detectar el problema, por lo que es necesario avanzar en la prevención; de hacerlo, no se verían las patologías a las que estamos asistiendo. Para complicarlo todavía más, López señala que las adicciones no paran de crecer, debido a que la oferta se incrementa constantemente, lo que agudiza la adicción por el miedo a perderse algo, a no enterarse, lo que da como resultado que la privacidad deje de considerarse un valor a preservar, y ante ello tan solo vale la prevención, que ha de constituir un trabajo de todos, empezando por la familia y los profesores.

Gisela López sintetiza precisando que las socioadicciones son transtornos de dependencia vinculados a usos, costumbres o actividades diversas no relacionadas con la ingesta de sustancias químicas, sino por los efectos de la actividad emocional que acompañan esas actividades; efectos que implican cambios en la neuroquímica del cerebro, aunque no es en esos cambios donde hay que buscar el efecto adictivo de las conductas, sino en el complejo emotivo y emocional subyacente a ellos. Algunos usos, costumbres o actividades no son nocivos en sí mismos e incluso muchos son necesarios o socialmente aceptables, por lo que determinadas socioadicciones resultan difíciles de detectar o reconocer, ya que ni el entorno ni la persona implicada identifican su comportamiento como un problema. Reitera que la terapia intenta que el joven disponga de los instrumentos adecuados para poder retornar al “mundo real”, para que pueda identificar correctamente cuál es el problema que ha de afrontar y sepa cómo superarlo. La ayuda de la familia, esencialmente de los padres, y de lo profesores es fundamental para que los resultados sean positivos, contando, insiste, con la gran capacidad autocrítica que exhiben los chicos. “Cuando son conscientes del problema que tienen y optan por querer solucionarlo -concluye- la terapia puede garantizarse que será un éxito, que el socioadicto resolverá su problema”.

Projecte Home y la prevención sociolaboral

Otro aspecto, al margen de las socioadicciones, al que el Projecte Home dedica un programa específico, es el de la prevención en el ámbito laboral. Antoni Parets informa que el 5% de la población laboral consume drogas o alcohol a lo largo de su jornada de trabajo y que el 25% de los accidentes laborales tienen una directa relación con el citado consumo.

Los consumidores de drogas y alcohol registran entre el doble y el triple de absentismo laboral en las empresas que el resto de los trabajadores. En algunas empresas, entre el 15 y el 40% de los expedientes disciplinarios guardan relación con el consumo de drogas. Las estadísticas indican que 3 de cada 10 personas de la población laboral ha consumido alguna vez una droga ilegal y uno de cada 10 ha consumido hipnosedantes. En relación con el alcohol, 7 de cada 10 han consumido bebidas alcohólicas a lo largo del último mes, mientras que un 5% realiza el denominado “consumo de riesgo”.

En el plan de prevención del Projecte Home se realiza un análisis de realidad del consumo de alcohol y otras drogas en la empresa; se ofrece asesoramiento para la redacción de un plan específico de prevención estructurado en establecer medidas preventivas, identificar situaciones y asesorar en la detección y abordaje de casos concretos, además de formar a los responsables de la empresa para desarrollar un plan de apoyo cuando se han detectado casos.

Antoni Parets afirma que la prevención del consumo de drogas y alcohol en el ámbito laboral es una cuestión que se tiene que afrontar con decisión, resaltando que, al igual que en las socioadicciones, la prevención constituye la actuación más efectiva, puesto que minimiza notablemente los riesgos. Por ello, en el programa del Projecte Home, se imparten actuaciones de sensibilización a los trabajadores, desarrollan cursos de formación a los representantes de la empresa, de los trabajadores, mandos intermedios, responsables de RRHH y miembros del comité de salud laboral. Además, se establece un sistema de seguimiento y evaluación del desarrollo del plan. El hecho de que el 25% de los accidentes laborales tengan una relación directa con el consumo de drogas o alcohol durante la jornada de trabajo resalta la necesidad de que se apliquen los citados programas de prevención.

Compartir el artículo

stats