Muchos de los que solían rechazarlos vinos blancos y rosados, pensando que solo los tintos son cosa de hombres, mientras que los otros no aportan nada a sus sentidos, ahora están perplejos ante la fuerza que están cogiendo en los últimos cuatro años esas lágrimas de Baco que algunos de ellos aún rechazan. A estas alturas del año, cuando el verano está a la vuelta de la esquina, y ya apetecen rosados y blancos fríos, sin olvidar tintos jóvenes pasados por la cubitera con hielo, muchos bodegueros mallorquines reconocen que estos vinos rechazados durante años, pues no habían alcanzado la calidad que tienen ahora, son los primeros que se venden, siendo sus principales clientes los turistas. Uno de estos blancos es el de la Bodega Ribas (Consell), del 2016, elaborado con Prensal Blanc y algo de Viognier, con larga estancia en depósitos de acero. Su tono es de amarillo pajizo. Entre sus aromas afloran frutas blancas y cítricos. Ya en el paladar destacan su frescura y dulzura.
