Los carteristas y descuideros que actúan cada verano en la zona túrística de Palma lo tienen cada vez más difícil para delinquir, debido a que la Policía está muy encima de ellos, aumentando la vigilancia y la seguridad en las zonas donde suelen actuar estos individuos. El éxito de este aumento de la seguridad es evidente. Cuando apenas estamos a mitad de la temporada de verano, la Policía ya ha detenido a un total de 120 personas. A casi todos se les acusa de cometer hurtos, cuyas víctimas en la mayoría de ocasiones son turistas que pasan sus vacaciones en la isla. 

Aunque la cifra de 120 delincuentes detenidos en Palma es significativa, la Policía ha identificado incluso a más personas que habrían cometido pequeños delitos. El valor de lo robado no supera los 400 euros, por lo que estas personas no pueden ser detenidas.

Ante la presencia de tantos delincuentes la Policía ha aumentado su presencia en diversos lugares de la ciudad. Hay mucha más seguridad en la playa de Palma, el aeropuerto y en el centro de la ciudad. Así se intenta prevenir los delitos y estas próximas semanas se aumentará la seguridad en otras zonas, como el puerto o la estación intermodal. 

La especialidad de estos delincuentes es el hurto. Son expertos en robar carteras. Otros suelen actuar en las playas, sobre todo por la noche, y se aprovechan que los turistas acuden a bañarse o a reunirse con otros grupos. Son víctimas fáciles porque no vigilan sus pertenencias, situación que aprovechan los descuideros para apoderarse de estos objetos. 

En las últimas semanas se ha detectado que los ladrones no actúan de forma individual, sino que lo hacen en grupos de dos o tres personas. Así se garantiza el éxito. Unos cometen el delito, mientras que los otros se encargan de la vigilancia. Están muy pendientes de localizar a la Policía y cuando alguno de ellos logra robar algún objeto, inmediatamente lo pasa a su compañero, que huye de la zona.

También preocupa el aumento de hurtos en los hoteles. Las víctimas son turistas que dejan sus maletas cerca de la recepción o en la entrada del hotel. Los delincuentes roban los bolsos y las mochilas. Y lo mismo está ocurriendo cuando algún turista acude a un restaurante y deja el bolso colgado en la silla.

Hasta ahora la llamada operación verano ha supuesto la detención de más de 300 personas implicadas en diferentes tipo de delitos.