El integrante del clan de los Pelúos, de 58 años de edad, implicado en el tiroteo ocurrido en la noche del pasado miércoles en la barriada de Son Oliva, en Palma, tuvo tiempo de deshacerse del arma antes de ser detenido por la Policía. Por lo tanto, según señalaron fuentes próximas a la investigación, se sospecha que contó con la colaboración de algún familiar, dato que todavía no ha podido ser aclarado, si bien la Policía continúa sobre el tema intentando recabar nuevos datos sobre este enfrentamiento a tiros entre dos familias gitanas enfrentadas.
Este individuo, con amplios antecedentes policiales por varios delitos, ingresó el pasado viernes en prisión. La orden la dictó la magistrada del juzgado de guardia, que aceptó la propuesta de la fiscalía, que solicitó su entrada en prisión. Aunque el detenido negó su intervención en los hechos y señaló que la Policía se había confundido de persona. De momento ha ido a la cárcel acusado de los delitos de tenencia ilícita de armas e intento de homicidio.
Los disparos se realizaron desde un piso okupado de la calle Isaac Peral, donde viven varios de los integrantes del clan de los Pelúos, y se apuntó hacia un coche todoterreno en el que iban cinco familiares del clan de los Sheriff. El coche recibió hasta nueve impactos de bala, que por fortuna únicamente alcanzaron la carrocería del vehículo. Si hubiera alcanzado alguna ventana del turismo, con toda seguridad alguno de sus ocupantes habría resultado, como mínimo, herido.
La Policía ha estado hablando en las últimas horas con los que iban dentro del coche, que señalaron que, al menos, vieron a dos personas disparando desde el piso. Sin embargo, parece ser que se trata de una confusión, lógica en un momento de nerviosismo, dado que los impactos del coche parecen de la misma pistola, que es de un calibre pequeño.
El tiroteo se produjo tras un incidente previo ocurrido horas antes en la calle Eusebio Estada. Una niña del clan de los Sheriff, que había ido sola al barrio de Son Oliva, se encontró con dos mujeres de la familia rival. Parece ser que hubo insultos y amenazas sobre esta niña, a la que le dijeron que no podía estar por aquella barriada. Ella les contó que no sabía que se habían instalado en Son Oliva. La menor llamó a su familia pidiendo que la fueran a buscar. Su padre se montó en el coche y fue hacia la dirección que le señaló su hija. Parece que los integrantes del clan de los Pelúos estaban preparados provistos de armas de fuego, porque sabían que algún familiar del clan rival acudiría a la barriada y que posiblemente intentaría atentar contra ellos por el incidente de la niña. La Policía desmiente que los ocupantes del coche también dispararan.
