Escabroso crimen

El hombre descuartizado en Asturias le alquiló una habitación a su presunto asesino

La Policía busca aún partes del cuerpo de la víctima, Santos Conrado, de 70 años, mientras que su inquilino, un langreano de 58 años que usa muletas, está detenido

Un hombre de La Felguera descuartiza a su compañero de piso.

Un hombre de La Felguera descuartiza a su compañero de piso. / EFE

David Orihuela

La investigación por el crimen y descuartizamiento de La Felguera avanza a buen ritmo. Aunque la Policía no ha encontrado todavía el cadáver completo del fallecido, Santos Conrado –de algo más de 70 años según calculan los vecinos– ya hay un detenido como principal sospechoso de haber dado muerte y descuartizar el cuerpo de Santos. Las piernas aparecieron la mañana del viernes y, según ha podido saber La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, el mismo día se encontró el torso. También el viernes la Policía tenía ya un sospechoso, un vecino de Langreo a quien hace unos meses Santos Conrado había alquilado una habitación por cien euros al mes. El supuesto autor de los hechos prestó declaración el viernes ante la Policía y en el juzgado de Langreo, que lo dejó el libertad. Pasó la noche en un hotel de La Felguera, ya que la vivienda en la que supuestamente tuvo lugar el crimen, en el número 30 de la calle Joaquín Costa, está precintada. Ayer sábado, a primera hora de la tarde, la Policía confirmó su detención. El acusado permanece en los calabozos de la Comisaría de La Felguera, que da servicio a Langreo y San Martín del Rey Aurelio, a la espera de ser puesto a disposición judicial.

Policía científica y judicial, ante la vivienda del fallecido y su supuesto asesino.

Policía científica y judicial, ante la vivienda del fallecido y su supuesto asesino. / / EFE

Mientras, la investigación se ha extendido más allá de este distrito langreano. La Policía ha pedido al Ayuntamiento de Langreo información sobre la ruta de los camiones de recogida de basura que operan en la zona donde se produjo la muerte y descuartizamiento de Santos Conrado, vecino del barrio de Villar. Los agentes han encontrado hasta el momento las piernas y el torso del fallecido. Las extremidades se hallaron en la huerta de la vivienda del número 15 de la Avenida de Gijón. El torso apareció entre la maleza cerca de ese mismo terreno.

Con esas partes del cuerpo, que han sido enviadas al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, se ha logrado identificar al fallecido, pero se busca el resto del cadáver. La Policía ha solicitado la colaboración del Ayuntamiento. Temen que parte del cuerpo fuese arrojado a la basura y acabase en un camión de la recogida.

Lo primero que apareció fueron las piernas del fallecido. Las encontró el propietario de la huerta de una vivienda de la Avenida de Gijón. Fue el viernes por la mañana. Después de unos días de vacaciones en Huelva, el matrimonio propietario de la vivienda regresó a La Felguera. Cuando el hombre salió a la huerta el viernes por la mañana se encontró con una bolsa de basura y en el interior estaban las piernas del fallecido.

Varias horas después y a poca distancia de ese escenario, agentes de la Policía científica encontraron el torso. Estaba también en una bolsa en una zona no muy lejana a al huerta, entre un montón de maleza. Todo el entorno de la huerta en la que apareció la primera bolsa, está muy descuidado. "Cuando llega el verano nosotras limpiamos un poco la zona más cercana a nuestra casa pero el resto está abandonado y el Ayuntamiento no viene nunca a limpiarlo", se quejaba una vecina ayer por la mañana. La mujer indicaba el camino que el supuesto asesino habría seguido para arrojar los restos a la huerta de otro vecino. El acceso a ese camino, al final de una calle sin salida, estaba en la mañana de ayer todavía cerrado por una cinta de la Policía Nacional y en el suelo se podían ver dos pares de guantes de látex de color azul, los utilizados por los investigadores.

La misma mujer añadía que, tras encontrar las piernas, "a las doce de la noche aparecieron más restos en una cochera" cercana a la casa en la que vivían el fallecido y el supuesto asesino.

Santos Conrado llevaba tiempo viviendo en el número 30 de la calle Joaquín Costa, una paralela a la Avenida de Gijón. Según los vecinos era de origen castellano y había llegado al barrio hace al menos cinco años para instalarse en una vivienda de planta baja. Hace unos meses le había alquilado una habitación a un vecino de La Felguera algo más joven que él, de 58 años, y viejo conocido de la Policía.

En realidad, las fuerzas de seguridad conocían bien a los dos, tanto al fallecido como al supuesto autor del crimen. Los vecinos estaban cansados del "trapicheo" que había en la vivienda. Al parecer, el fallecido, siempre según la versión de los vecinos, se dedicaba a la venta de droga, lo que había ocasionado numerosos incidentes. "La Policía venía cada poco y llegamos a denunciarle en varias ocasiones porque estábamos hartos de la situación", explicaba ayer una vecina. "Desde que llegó, vendía droga descaradamente por la ventana de la casa", añadía. "Hubo temporadas en las que no paraba de venir gente a comprar y nunca sabías con quién te ibas a cruzar por la calle o en qué condiciones estaban", apuntaba otra mujer del barrio.

Tan es así, aseguran, que el fallecido había estado en prisión, en la cárcel de Asturias. Fue después de la pandemia. Los vecinos no saben precisar la fecha, pero sí que fue después del confinamiento por el coronavirus. "Apareció con un coche deportivo color plata y con chófer que le subía y le bajaba a La Felguera. Vino la Policía, le quitaron el coche, le detuvieron y estuvo en la cárcel", relatan en el barrio.

También cuentan que no es la primera vez que muere alguien en la casa en la que vivía el fallecido. Eso sí, fue durante el confinamiento. "Encontraron a un chaval muerto en el baño, no sabemos si por covid o por sobredosis", dicen. "Yo pensé que había muerto el paisano pero al verlo a los dos o tres días me di cuenta de que no había sido él sino un chaval, un yonqui, que tenía allí metido", dice la propietaria de una vivienda cercana.

"No eran trigo limpio, ni uno ni otro", insisten los vecinos refiriéndose al fallecido y al supuesto descuartizador. Los dos tenían dificultades de movilidad. El fallecido cargaba con un aparato de oxígeno y su inquilino y supuesto autor de los hechos camina valiéndose de muletas. "Cuando me enteré de que habían matado al hombre y que al parecer había sido el otro, no me sorprendió para nada. De hecho ya lo había pensado alguna vez cuando veía las peleas, que un día le iba a dar con la muleta en la cabeza y lo iba de desgraciar", confiesa una mujer que conocía a los dos hombres. Santos Conrado, eso sí, era "muy fino, muy educado y muy castellano", aseguran.

Ahora la Policía Nacional trabaja para esclarecer los hechos, para averiguar qué es lo que ocurrió entre los dos hombres para que el cuerpo de uno de ellos apareciese descuartizado en el entorno de la casa que compartían a las afueras de La Felguera, a poca distancia de La Pomar, uno de los centros neurálgicos de la localidad langreana, y del histórico y obrero barrio Urquijo.