Investigación

La infanticida de Valencia lavó y aseó a su bebé tras asestarle tres cuchilladas

Una de las heridas la tenía en el cuello y otra, mortal de necesidad, en el corazón

El furgón fúnebre tras el levantamiento del cadáver del bebé asesinado por su madre.

El furgón fúnebre tras el levantamiento del cadáver del bebé asesinado por su madre. / I. Cabanes

El cadáver del pequeño Eric, el bebé de un año asesinado presuntamente por su madre el pasado lunes en Vilamarxant (Valencia), fue encontrado peinado y aseado, sin apenas sangre, después de que la presunta infanticida lo lavara en la bañera y lo tapara con una mantita tras cometer su horrendo crimen. Al parecer, la mujer asestó tres cuchilladas al menor, una de ellas en el cuello –de ahí que trascendiera que lo había degollado– y otra en el corazón, mortal de necesidad, según ha podido Levante-EMV del grupo Prensa Ibérica.

En la casa apenas había restos de sangre, salvo unas pequeñas gotas cuyo reguero siguieron los agentes de la Guardia Civil hasta un trastero de la terraza. La misma por donde saltó, usando una escalera, la presunta parricida a la azotea de otro edificio, para finalmente arrojarse de pie desde esta cuarta altura a la calle trasera, supuestamente con la intención de acabar con su vida o tratando de escapar de esas ideas persecutorias creadas por su propia mente. Según las fuentes consultadas por este periódico, creía que alguien quería hacerle daño a ella y al niño. 

Este será uno de los aspectos que tendrán que dilucidar los expertos en psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal de València, al igual que su imputabilidad o no, cuando la madre se recupere de las lesiones. Cristina S. N., de 36 años, permanece ingresada en el Hospital La Fe de València con politraumatismos y fracturas en pelvis y extremidades inferiores.

El menor será enterrado en Murcia, donde reside la familia materna, en la más absoluta intimidad

Aunque no consta que estuviera diagnosticada, sí que había recibido asistencia psicológica por una supuesta depresión posparto. El servicio de Salud Mental del Hospital La Fe de València también hará una primera evaluación del estado mental de la presunta infanticida, con los datos sanitarios con los que actualmente cuentan y con la información facilitada por su familia.

No obstante, serán las posteriores entrevistas con los forenses, ya una vez recuperada, las que aclaren realmente qué ocurrió en su cabeza el día de los hechos, la existencia o no de una patología mental, el grado de afectación de la misma en el momento de acabar con la vida de su propio hijo y si es imputable o no penalmente.

Los hechos ocurrieron minutos antes de las diez de la mañana del pasado lunes en el domicilio familiar, situado en un tercer piso de una finca de la calle Pobla de Vallbona de Vilamarxant. El teléfono de emergencias 112 recibió un aviso de una mujer precipitada en la calle trasera, que al parecer se había tirado desde la azotea.

La madre tenía ideas de tipo paranoide y pensaba que alguien quería hacerle daño a ella y a su bebé

Cuando los primeros agentes de la Guardia Civil, que estaban en las inmediaciones, y de la Policía Local de Vilamarxant llegaron al lugar la mujer estaba todavía consciente y les manifestó que su hijo estaba arriba, aunque sin decir que estaba muerto.

En ese momento Cristina ya dejó constancia de sus ideas paranoides de tipo persecutorio –creía que querían hacerle daño a ella y al niño–. Cuando accedieron al inmueble con la ayuda de bomberos, los agentes descubrieron la tragedia. El bebé, de un año recién cumplido, presentaba lesiones por arma blanca en el cuello y en el corazón.

Aunque el resultado definitivo de la autopsia todavía no está –a la espera, entre otras, de pruebas toxicológicas– el cuerpo ya ha sido entregado a los familiares para que puedan velar a Eric y enterrarlo en Murcia, donde reside la familia materna, destrozada por partida doble por una muerte en la que la supuesta enfermedad mental de la madre no da consuelo.