Una mujer declaró el pasado viernes en el juicio a su exmarido cómo el hombre la acuchilló en la espalda tras una discusión en su domicilio de Palma. "Él no aceptaba la ruptura. Le dije que iba a salir y se puso como loco. Me clavó el cuchillo. Creó que iba a matarme, pasé mucho miedo", explicó la víctima, que afirmó haber sufrido malos tratos durante años. El sospechoso está acusado también de haber atacado con el arma a un amigo de la mujer, con quien sospechaba que tenía una relación de pareja, y se enfrenta a una petición de la fiscalía de 25 años de prisión. Ante el tribunal afirmó que no recuerda los hechos. "Iba bastante cargado de alcohol y cocaína", aseguró.

Los hechos ocurrieron el 9 de octubre de 2020. La víctima explicó que aquella tarde le dijo a su exmarido, con quien seguía conviviendo, que iba a salir con unas amigas. "Me llamó 'puta', me agarró del pelo, me tiró al suelo y me dio patadas y puñetazos", narró la mujer. Su hijo, que estaba en casa, salió de su habitación entonces y llamó a la Policía. El acusado cogió entonces "un cuchillo de sierra" y fue en busca de un vecino del edificio, amigo de la mujer y que según creía tenía una relación con ella. "Voy a matar al negro y luego a ti", le espetó.

Según la fiscalía, el procesado se dirigió entonces al piso de este hombre y cuando le abrió la puerta trató de acuchillarle. Pero no lo consiguió y decidió regresar a su domicilio para atacar de nuevo a la mujer. "Entró por el patio y me clavó el cuchillo en la espalda", narró la perjudicada. "Creí que iba a matarme. Pasé mucho miedo. No me mató porque estaba mi hijo en casa", detalló. La víctima añadió que llevaba años sufriendo agresiones por parte del acusado. "Un día me dio un puñetazo en el pecho. Lo que más había eran insultos", contó. La perjudicada explicó que estuvo en tratamiento psicológico por estos hechos y que sigue tomando medicación. La mujer tuvo que ser trasladada a un hospital por las lesiones que le causó la cuchillada. La médico forense que la examinó tras recuperarse señaló que la puñalada "no afectó a una zona de especial riesgo vital".

El hijo de la pareja ratificó la versión de su madre. Según contó, cuando escuchó los gritos de la mujer salió de su habitación para auxiliarla. "Si yo no hubiera estado en casa, mi madre estaría muerta", sentenció el joven, que vio cómo su padre la apuñalaba en la espalda.

El procesado, por su parte, afirmó que no recuerda lo ocurrido. "Iba bastante cargado. Había tomado cinco o seis cervezas, dos gintonics y dos gramos de cocaína", aseveró. El acusado ha confirmado que la mujer había puesto fin a su relación "una semana antes", pero que él quería continuarla. "Perdí el norte", ha alegado. El hombre ha negado haber maltratado a la víctima con anterioridad: "En 23 años de relación nunca ha sufrido ningún maltrato".

Uno de los policías que acudió al lugar de los hechos explicó que tuvo que encañonar con el arma al sospechoso para reducirlo y detenerlo. Además, explicó que cuando le preguntaron en comisaría si conocía los motivos de su arresto, espetó: "La pena es que no la haya matado".

El juicio quedó suspendido hasta la semana que viene porque no se pudo interrogar al amigo de la mujer que también fue atacado. La vista continuará el próximo martes.

La fiscalía imputa al hombre, que está en prisión preventiva, delitos de homicidio y asesinato en grado de tentativa, amenazas y malos tratos.