Los bañistas de las playas de Santa Ponça y Magaluf se han encontrado dos grandes culebras de herradura en la arena en menos de una semana. Estas serpientes, una especie invasora que ha proliferado en las islas en los últimos años, no son venenosas, aunque pueden atacar si se sienten amenazadas. En los dos casos provocaron grandes sustos entre los usuarios de las playas antes de ser capturadas.

El primer incidente ocurrió el miércoles de la semana pasada a las siete de la tarde en la playa de Santa Ponça. Una patrulla de la Guardia Civil que estaba realizando un servicio de vigilancia para la prevención de robos en la zona fueron requeridos por dos menores y un adulto, que les alertaron porque habían visto una serpiente de gran tamaño en la playa, lo que había provocado escenas de gran nerviosismo entre los bañistas.

Los agentes de la Guardia Civil inspeccionaron una zona de maleza de la playa, donde según los testigos se había metido la serpiente. Comprobaron que se trataba de una serpiente de gran tamaño, de aproximadamente un metro y medio, y la capturaron con precaución. La metieron en una caja de cartón y avisaron al Consorci de Recuperació de Fauna de Balears (Cofib), que se hicieron cargo del animal.

Los técnicos del Cofib indicaron que se trataba de una culebra de herradura, una especie invasora que ha proliferado en Baleares durante los últimos años.

Otra serpiente en Magaluf

Una situación similar se repitió este martes por la mañana, cuando la Cofib recibió un nuevo aviso de que habían visto una serpiente en la playa de Magaluf.

Según algunos testigos, el ofidio había salido del mar y se desplazaba por la arena de la playa. En este caso fue capturado por los propios socorristas de la playa, que lo guardaron en una caja hasta que llegó un técnico del Cofib y se hizo cargo de él. Se trataba también de una culebra de herradura de buen tamaño. De nuevo la aparición de la serpiente provocó escenas de miedo entre los bañistas que se encontraban en ese momento en la playa.

Desde el Cofib indicaron que era muy raro que la culebra hubiera salido del mar, ya que se trata de serpientes terrestres, y apuntaron a la posibilidad de que hubiera caído de alguna pared cercana a la playa.

Las culebras de herradura son una especie invasora en Baleares. Llegaron a las islas en los troncos de algunos olivos que fueron transportados desde la península. Se distinguen de la culebra autóctona en su coloración y en que alcanzan un tamaño mucho mayor. Los técnicos explican que no son venenosas ni peligrosas, aunque pueden morder si se sienten amenazadas y recomiendan que en el caso de encontrarse con una de ellas, no se intente cogerla.

La especie ha proliferado mucho en los últimos años, hasta el punto de que cada día se producen avistamientos de alguno de estos ejemplares en distintos puntos de la isla.