El juez ha dejado en libertad con cargos a los presuntos agresores de un policía local en Cala Rajada. Los dos hermanos no podrán abandonar Mallorca, se tendrán que presentar cada 15 días en el juzgado y se les retiene el pasaporte. Tampoco podrán acercarse al hotel de la localidad donde vertieron las amenazas.

Sobre las diez de la mañana, la Guardia Civil ha trasladado a los juzgados de Manacor a los dos hermanos, que se entregaron este lunes en el cuartel de la Guardia Civil de Artà. Ambos reconocieron entonces su participación en los hechos y se mostraron arrepentidos.

Durante su comparecencia judicial, los dos detenidos han reiterado su confesión de haber participado en la agresión a un agente de la Policía Local. El Ayuntamiento de Capdepera, asistido por el letrado Jaime Campaner, ha ejercido la acusación particular. El abogado del Consistorio ha coincidido en su solicitud con el fiscal. Ninguno de los dos ha reclamado su ingreso en prisión, pero han solicitado una serie de medidas cautelares para los dos. Entre ellas se encuentra la obligación de personarse en el juzgado cada 15 días, la prohibición de abandonar Mallorca y la retirada de su pasaporte. El auto del juez ha recogido todos estos extremos.

El incidente en el que dos agentes de la Policía Local de Capdepera acudieron a una fiesta ilegal en Cala Rajada, y uno de ellos fue golpeado con gran violencia, ha generado una gran tensión entre el Cuerpo y la Guardia Civil. La agresión en Cala Rajada ocurrió el viernes, pero el policía agredido no interpuso la denuncia hasta el sábado. Los dos presuntos autores del violento ataque se entregaron el lunes en el cuartel del instituto armado antes de ser detenidos. Esta circunstancia ha derivado en el anuncio del alcalde, Rafel Fernández, de la ruptura de las relaciones con la Guardia Civil, a la que acusa de mantener una ""actitud sospechosa" en este caso.