La Policía Nacional arrestó la noche del lunes a un individuo que asaltó a punta de pistola un supermercado del Camí de Son Rapinya, en Palma. El hombre entró encapuchado y armado con un revólver en un establecimiento que estaba cerrado al público mientras los empleados realizaban el inventario y actuó de forma muy agresiva, llegando a romper a golpes los cristales de una oficina en la que se habían encerrado dos trabajadoras y para arrebatarles los teléfonos móviles. Dotaciones de la Policía Nacional y Policía Local de Palma realizaron una batida y capturaron poco después al sospechoso, al que le intervinieron los teléfonos robados y una pieza del revólver, que había desmontado.

El violento asalto ocurrió sobre las diez y media de la noche del lunes, en un supermercado del Camí de Son Rapinya, en Palma. El establecimiento estaba cerrado al público, con la barrera bajada, y en el interior había diez empleados que estaban realizando el inventario. De improviso, un hombre que ocultaba su rostro con una mascarilla y la capucha de su chaquetón, irrumpió en el local armado con un revólver mientras gritaba: "¡Dadme la caja fuerte!".

Los trabajadores, muy asustados ante la gran agresividad del atracador se dispersaron por el establecimiento. Dos mujeres se encerraron en un descacho, con un panel de cristal. El atracador propinó fuertes golpes con la pistola y patadas hasta que destrozó dos de los cristales y logró entrar. Amenazó a las mujeres con el arma y las obligó a que le entregaran sus teléfonos móviles. No pudo acceder al interior de la caja fuerte, que estaba cerrada, y se marchó sin más botín.

El encargado y la cajera del establecimiento asaltado.

Tras tener conocimiento de lo ocurrido varias patrullas de la Policía Nacional y Policía Local de Palma realizaron una batida por la zona. Poco después una dotación de la Policía Nacional localizó a un individuo que respondía a la descripción aportada por las víctimas, y que estaba agazapado junto a un coche aparcado. Los agentes le interceptaron. El hombre tenía una herida sangrante en una mano y en el suelo, escondidos junto a una de las ruedas del coche, encontraron los dos teléfonos sustraídos. Cerca de allí encontraron el tambor de un revólver. El resto del arma no apareció.

El sospechoso fue inmediatamente detenido. Se trata de un hombre español de 32 años con varios antecedentes policiales. La Policía está analizando la pieza del revólver para determinar si se trata de un arma de fuego real, aunque los primeros exámenes apuntan a que podría ser de aire comprimido.