El jefe de Homicidios de la Policía Nacional descartó este martes ante el tribunal del jurado que el acusado de matar a su compañero de piso en Son Gotleu acabara con su vida de una manera accidental. "Actuó a sabiendas y sabía lo que hacía", subrayó el mando policial durante su comparecencia en la sala.

El investigador policial también resaltó que el procesado, de 79 años, había comunicado a sus compañeros de piso que había sido militar en el Ejército de Portugal. El jefe el Grupo de Homicidios también hizo hincapié en que el encausado se jactaba de haber aprendido a matar a una persona durante su instrucción castrense.

El crimen que se está juzgando esta semana en la Audiencia Provincial ante el tribunal del jurado tuvo lugar entre las 22.30 y las 23.30 del 20 de septiembre de 2019 en un domicilio de la calle Indalecio Prieto de Son Gotleu. En dicho piso convivían dos personas de origen cubano, la víctima, de 50 años y nacionalidad ecuatoriana, y el acusado, de 79 años y natural de Portugal.

El inspector de Homicidios indicó que la muerte le sobrevino a la víctima de un solo golpe, asestado con unas tijeras. Los otros residentes en la vivienda escucharon una discusión momentos antes y el acusado se comportaba de manera agresiva mientras que el fallecido "tenía un tono pacificador".

Mientras, el responsable de la Policía Científica que realizó la inspección ocular aseguró en su comparecencia ante el tribunal que la víctima no se defendió del ataque mortal. No arañó ni agarró al atacante y tampoco encontraron rstos de ADN del acusado en sus uñas.

El acusado afirmaba que había sido militar en Portugal y se jactaba de haber sido entrenado para matar

Al reconstruir cómo se produjo el crimen, el experto policial lo situó bajo el marco de la puerta. Al estar herido se apoyó en la cama, donde chorreó una gran cantidad de sangre. Luego habría salido tambaleándose de la habitación hasta desplomarse y dejar una huella al resbalarse por la pared.

Masiva pérdida de sangre

La cuchillada le afectó la yugular y la pérdida masiva de sangre hizo que la víctima se desplomara y muriera desangrada. Su cuerpo inerte fue encontrado en el pasillo de la vivienda.

El comportamiento posterior del presunto autor del crimen llamó la atención de los investigadores . Tras clavarle las tijeras, presuntamente, a la víctima el acusado se cambió de ropa. Algo que «no debería de haber hecho», resaltó el responsable de la inspección ocular. Las prendas ensangrentadas se encontraban sobre la cama de la habitación.

En el transcurso de su declaración judicial, el acusado mantuvo de que la víctima irrumpió en su habitación «como un huracán» y esgrimiendo una botella de cristal, con la que supuestamente trataba de golpearle. Sin embargo, los investigadores policiales no encontraron ninguna huella dactilar en el vidrio. El juicio con jurado en la Audiencia Provincial continúa este miércoles con la declaración de los forenses que hicieron la autopsia al fallecido.