Un conductor ebrio, que se saltó un semáforo en rojo en Palma, fue condenado ayer por dos delitos de lesiones imprudentes por chocar con su automóvil y causar lesiones a los ocupantes del otro turismo. Se dio la circunstancia de que las víctimas eran dos policías locales, que patrullaban en un coche oficial. Sufrieron policontusiones y lesiones cervicales. Además, la carrocería del turismo municipal resultó dañada.

El procesado, de 35 años, compareció ayer en el Juzgado de lo Penal número 4 de Palma por su presunta implicación en estos hechos. El encausado reconoció ayer su participación y responsabilidad en el siniestro. Tras alcanzar las partes un acuerdo de conformidad, fue condenado a una pena de 11 meses multa, a razón de tres euros diarios, y a la retirada del carné de conducir durante dos años, seis meses y un día.

Como consecuencia del fuerte impacto del vehículo que conducía el encausado contra el coche patrulla, los dos agentes sufrieron respectivos latigazos cervicales y policontusiones. El acusado se comprometió a indemnizar con 4.160 euros y con 4.103 euros a cada uno de los funcionarios. Los daños en el vehículo policial se calcularon en 1.067,60 euros.

Los hechos que se enjuiciaron ayer tuvieron lugar sobre las 23.00 horas del 23 de febrero de 2018 en la calle Joan Maragall de Palma. El procesado circulaba a gran velocidad, en avanzado estado de embriaguez, al volante de su Peugeot 308. En un momento dado, el conductor se saltó un semáforo en rojo.

En ese preciso instante, dos agentes de la Policía Local de Palma que se encontraban de patrulla en el interior de un Citroën Picasso C4 recibieron el violento impacto de un coche, que chocó contra ellos. Los funcionarios recibieron el fuerte impacto y sufrieron varias lesiones. Entre ellas se encontraban policontusiones y sendos latigazos cervicales, del que tardaron un tiempo en recuperarse. De hecho a uno de ellos le ha quedado como secuela un dolor cervical cronificado.

La posterior prueba de alcoholemia realizada al conductor del vehículo que colisionó contra el coche patrulla confirmó algo que ya era evidente a simple vista. El infractor, que se había saltado un semáforo en rojo, se encontraba bajo los efectos del alcohol.

Las pruebas de alcoholemia practicadas al conductor del Peugeot 308 arrojaron un resultado de 0,53 y 0,51 miligramos de alcohol por litro de aire expirado. El test acreditó que el sujeto había consumido abundantes bebidas alcohólicas antes de ponerse al volante.

Dolor cervical de secuela

Como consecuencia del siniestro, uno de los agentes sufrió policontusiones y cervicalgia postraumática. Precisó de una primera asistencia médica y de una intervención quirúrgica consistente en osteoplasta y osteosíntesis del radio izquierdo. Tardó en curar 53 días, con la ayuda de un collarín y le quedó como secuela. valorada en un punto, un dolor cervical.

Mientras, el otro funcionario también sufrió una cervicalgia postraumática. Al igual que al otro policía hubo que colocarle un collarín y se tuvo que someter a rehabilitación. Tardó en curar 67 días, pero no le quedaron secuelas.

En virtud del acuerdo de conformidad suscrito entre las partes, el acusado vio reducido el tiempo de prohibición de conducir vehículos de motor. El fiscal solicitaba tres años de retirada y seis meses de prisión. Finalmente fue sustituido por dos años y medio y un día sin carné.