La Audiencia de Girona ha emitido una orden internacional de detención contra un hombre acusado de secuestrar y violar a una joven mallorquina en la ciudad catalana, a la que había acudido para celebrar la Nochevieja. El sospechoso, un marroquí de 27 años, se enfrenta a una petición de condena de 18 años de prisión por delitos de agresión sexual y detención ilegal, pero ha huido antes del juicio y no ha podido siquiera ser citado. El tribunal ha acordado esta semana una orden de detención y entrega que ha remitido a Interpol para extender la búsqueda a todo el mundo.

Los hechos, según el relato de la acusaciones, ocurrieron el 1 de enero de 2015 en Blanes (Girona), donde la chica, que tenía entonces 18 años, pasaba las navidades. La víctima celebró la Nochevieja junto a unos amigos en una discoteca de la localidad hasta las siete y media de la mañana. Cuando salió a la calle, descubrió que le faltaba el bolso y quiso entrar de nuevo en el local para buscarlo. En ese momento se le acercó un joven marroquí de 27 años. El chico le dijo que tenía su bolso y le describió los efectos que había dentro. Para recuperarlo, le explicó, debía acompañarlo a su casa. La chica aceptó y ambos se dirigieron al domicilio del sospechoso, a apenas 100 metros de la discoteca.

Cuando llegaron a la vivienda, la invitó a acompañarle a su habitación, mientras le decía que era muy guapa. Ella se negó y le dijo que tenía novio. El acusado la cogió entonces por los brazos, la llevó hasta su dormitorio y la obligó a entrar a empujones.

Entonces le ordenó que se quitara la ropa mientras él empezaba a desnudarse. La joven mallorquina le pidió llorando que le dejara marcharse. "No vas a salir de aquí en toda la noche", le respondió el hombre. Acto seguido, le quitó la ropa, la llevó por la fuerza a la cama y la forzó a mantener relaciones sexuales. La mujer trató en vano de evitar la violación, pero el agresor le dio tirones de pelo y le gritó que se callara.

Minutos después de esta primera violación, el joven volvió a forzarla. Esta vez la intimidó levantando un brazo, haciendo ademán de darle puñetazos para que no se resistiera. El hombre acabó durmiéndose y la víctima intentó aprovechar para escapar. Cuando intentó salir del apartamento, descubrió que el joven había cerrado la puerta con llave.

Tras cuatro horas retenida, ya a mediodía, la mujer propuso al acusado salir a la calle para desayunar. Así logró salir de la vivienda con el procesado. La chica se topó en el rellano con una familiar, momento en el que el procesado salió corriendo. Fue detenido por los Mossos d'Esquadra ese mismo día, después de que la víctima fuera atendida en un hospital y denunciara los hechos. La joven padece secuelas psicológicas desde entonces. Según recogen las acusaciones, sufre estrés postraumático, no ha podido regresar a la localidad gerundense en la que ocurrieron los hechos, tiene dificultades para concentrarse y sufre alteraciones del sueño.

La fiscalía considera al sospechoso autor de un delito de agresión sexual y otro de detención ilegal, por los que reclama penas que suman 15 años de prisión, así como 9.000 euros de indemnización para la perjudicada. La acusación particular, ejercida por el letrado Pablo Alonso de Caso, solicita 18 años de prisión y 30.000 euros de indemnización por los mismos delitos.

La Audiencia Provincial de Girona tenía previsto juzgar el caso este año. Sin embargo, el tribunal descubrió cuando quiso citarlo para la celebración de la vista oral que se ha marchado de su domicilio y está en paradero desconocido. La fiscalía ha pedido su ingreso en prisión y la Audiencia ha emitido varias órdenes de búsqueda y detención que ha remitido a Interpol y la oficina de Sirene-España para tratar de localizar al acusado.