Un hombre encarcelado por secuestrar, torturar y matar de un tiro a un traficante de drogas para robarle ha sido condenado por una brutal agresión a otro preso en Palma. Fernando A.A., argentino de 46 años y miembro de un clan de Valladolid, partió la mandíbula por tres sitios a la víctima al propinarle un puñetazo en el gimnasio de la cárcel. Un juzgado le ha impuesto dos años de reclusión por un delito de lesiones, que se suman a la condena de 35 años que está cumpliendo por el asesinato, cometido en Zaragoza en el año 2006.

La agresión en el centro penitenciario de Palma tuvo lugar, según la sentencia ya ratificada por la Audiencia Provincial de Palma, hacia las cinco y media de la tarde del 30 de julio de 2017. Fernando A.A. se encontraba en el gimnasio del centro penitenciario de la carretera de Sóller cuando, por motivos que el fallo no especifica, propinó un puñetazo en la cara a otro interno.

La víctima sufrió una triple fractura en la mandíbula a consecuencia del golpe recibido. Fue atendido en la enfermería de la cárcel y sometido después a una intervención quirúrgica tardó casi tres meses en recuperarse. El puñetazo le dejó como secuela la pérdida de sensibilidad en la zona afectada.

Un juzgado de lo penal de Palma declaró al acusado autor de un delito de lesiones con la agravante de reincidencia, pues ya fue sentenciado en 2007 por hechos similares en Valladolid. Fernando A.A. siempre negó la autoría de la agresión y recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial, que ha rechazado sus argumentos.

El hombre cumple en Palma una condena de 35 años de prisión por el secuestro y el asesinato de un traficante de drogas en Aragón. La sentencia de la Audiencia de Zaragoza consideró probado que Fernando A.A. y otras tres personas se concertaron para robar a un traficante de drogas de la capital maña. Creían que tenían guardados 1,2 millones de euros y se desplazaron desde Valladolid para quitárselos. Fernando A.A. se hizo en el mercado negro con una pistola Llama M-82, del calibre 9 milímetros y con el número de serie borrado.

El 28 de marzo de 2006, los cuatro miembros del clan interceptaron a la víctima en la puerta de su casa en Zaragoza. Lo metieron a la fuerza en una furgoneta, donde Fernando A.A. le hizo varios cortes a modo de tortura para que confesara dónde guardaba el dinero. No lo consiguieron, por lo que registraron dos inmuebles de la víctima en los que solo encontraron 18.000 euros y joyas.

Tras el robo, volvieron a meter al hombre en la furgoneta, donde Fernando A.A. le pegó un tiro en la rodilla y otro en la nuca. Tras el crimen, arrojaron el cadáver a una acequia de riego en el municipio de Garrapinillos y prendieron fuego a la furgoneta para eliminar pruebas.

Los restos de la víctima fueron hallados casi dos meses después por unos operarios que limpiaban la acequia. La investigación del crimen fue larga y la Guardia Civil arrestó ya en marzo de 2007 a varios miembros del clan en Valladolid. En los registros practicados en sus domicilios de la ciudad castellana se encontraron la pistola utilizada para matar a la víctima y las joyas que le robaron, así como otras armas y diversa munición.

Ocho personas fueron juzgadas por el asesinato del traficante en la Audiencia Provincial de Zaragoza. El tribunal condenó a Fernando A.A. como autor de delitos de asesinato agravado, detención ilegal, robo con violencia e intimidación y tenencia ilícita de armas. Por ellos le impuso en total 35 años de cárcel. Otros dos hombres fueron condenados a sendas penas de 27 años y medio de reclusión por asesinato y robo con violencia. Los magistrados absolvieron a otros cinco integrantes del clan y el Tribunal Supremo.