Culpable de homicidio. El tribunal del jurado anunció ayer que considera probado que Svetlana B., ciudadana rusta de 49 años, causó la muerte de su marido, Horst Hans Henkels Según el jurado, la mujer le causó profundos cortes hasta descarnarle los brazos, lo que hizo que se desangrarara. El tribunal no considera probado, en cambio, que el hombre estuviera sedado o que la mujer le diera a comer la carne a los perros para aparentar que habían sido ellos los culpables de su muerte. Admiten que los animales mordieron y comieron partes dela víctima, pero de forma espontánea y después de su muerte.

Se trataría pues de un delito de homicidio con agravante de parentesco, y no de asesinato, como pretendía el fiscal. El homicidio está penado con entre diez y quince años de cárcel, y el fiscal ha solicitado para la acusada una condena de catorce años. El defensor de la mujer, Bartolomé Salas, ha apreciado contradicciones en el veredicto que pueden fundamentar un recurso, y mientras ha pedido que le imponga la pena mínima, diez años.

El crimen ocurrió el 1 de abril de 2016, en el domicilio que compartía la pareja, en Cala Millor. El hombre falleció desangrado y presentaba graves lesiones, con pérdida de masa muscular en los brazos, que estaban prácticamente descarnados. La acusada defendió su inocencia durante el juicio celebrado durante las últimas semanas y mantuvo en todo momento que fueron los perros quienes causaron la muerte de su marido, aunque ella intentó interponerse.

El jurado no ha considerado probado que el hombre se encontrara sedado cuando murió, ni que la mujer le diera de comer a los perros con los trozos de carne de los brazos de su marido. Sí considera cierto que la mujer le cortó trozos de carne de los brazos, lo que le provocó una hemorragia masiva y la muerte. Una vez fallecido, los perros, de forma espontánea, le mordieron piernas y brazos, y se comieron parte de las extremidades. De esta forma se descarta que la acusada actuara con alevosía o que el hombre estuviera indefenso, por lo que será condenada por homicidio y no por asesinato.

Esta circunstancia ha llevado al fiscal a rebajar su petición de pena, de los 25 años que reclamaba inicialmente, a catorce. El defensor ha solicitado la condena mínima, diez años, aunque ha destacado contradicciones en el veredicto que se podrían plantear en un posible recurso.

La mujer escuchó la lectura del veredicto ayer por la tarde en la Audiencia de Palma con aparente calma. El presidente del tribunal felicitó al jurado por haber alcanzado un veredicto tras una deliberación que, admitió, había sido "dura y tormentosa".