Un perito contratado por la defensa de Svetlana B., la mujer acusada de asesinar a su marido Horst Hans Henkels en 2016 en Cala Millor, sostiene que el hombre murió en un ataque de sus perros. El experto, médico especialista en medicina legal y forense, ha rebatido durante el juicio la tesis de la acusación y los informes de la Guardia Civil, según las cuales la acusada sedó, desangró y descarnó a su pareja. A su entender, tanto las manchas de sangre halladas en la vivienda como las lesiones que presentaba la víctima apuntan a que sufrió un ataque de sus canes, de raza pitbull.

En su declaración ante el jurado popular, que ha tenido que repetirse por un fallo en la grabación, el perito ha afirmado que las heridas por mordeduras de perro pueden confundirse con las de un arma blanca, por lo que es preciso llevar a cabo pruebas complementarias. El médico ha señalado que las lesiones que presentaa el cadáver de Horst Hans, alemán de 70 años, son compatibles con un ataque de sus propios canes. El hombre ha contado que para elaborar su informe midió la dentadura de los animales y comprobó que eran compatibles con las heridas de la víctima. Además, sostiene que la mujer tenía heridas en un brazo compatibles con un mordisco de perro, lo que avala su versión de que se interpuso entre los pitbulls y su marido al ver que lo estaban atacando.

También ha esgrimido su informe sobre las manchas de sangre halladas en toda la vivienda para apuntalar sus conclusiones. Según ha dicho, estas evidencias apuntan a que el hombre fue atacado inicialmente cuando estaba sentado en la taza del váter. Recibió un primero mordisco en la mano, tras lo que empezó a recorrer la vivienda, dirigiéndose a la cocina en busca de un cuchillo con el que defenderse. Tras pasar por el salón, acabó en el dormitorio, donde falleció sobre la cama.

Las conclusiones del perito de la defensa son diametralmente opuestas a las de la Guardia Civil. Los agentes que inspeccionaron la escena afirmaron ayer que el hombre fue sedado y, cuando estaba en la cama, se le hicieron unos cortes en el brazo para desangrarlo. Luego fue descarnado con un cuchillo de sierra. La fiscalía reclama 25 años de prisión para la acusada por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.