Svetlana B., la acusada de matar a su marido, Hans Horst, en Cala Millor, volvió a proclamar su inocencia al concluir el juicio. "Soy inocente, lo juro. Llevo tres años en prisión, me han destrozado la vida", afirmó al utilizar su derecho a la última palabra. La fiscalía mantuvo su petición de 25 años de prisión para ella por asesinato con alevosía y ensañamiento, mientras el abogado defensor, Bartolomé Salas, reclamó su absolución. El tribunal popular empezará este jueves a deliberar tras recibir las instrucciones por parte del magistrado que preside la vista.

En su alegato final, la fiscalía sostuvo que existen pruebas suficientes contra la mujer, rusa de 49 años. La acusación se apoyó en los informes de la Guardia Civil y los médicos forenses para argumentar que Svetlana B. aprovechó que la víctima, alemán de 70 años, aprovechó que su marido estaba sedado con algún fármaco para atacarlo en su domicilio en abril de 2016. Primero le hizo unos cortes en los brazos, que acabó descarnando y dio de comer a sus perros, al tiempo que azuzaba a los animales para que mordieran las extremidades. Con todo, la víctima murió desangrada.

El fiscal apuntó a un móvil económico. Era ella quien heredaba la vivienda y los animales de su marido. La acusación resaltó que no fue la mujer quien alertó a la Policía y que no salió corriendo de la casa en busca de ayuda ante el supuesto ataque de los perros a la víctima. Sobre el relato de la mujer, que sostiene que fueron los animales quienes mataron al hombre, el ministerio público aseguró que es contradictorio e inverosímil. "No se dejen engañar por el teatro que está montando y sus mentiras", dijo el fiscal al jurado. Acerca de los informes del perito de la defensa que avalan la tesis del ataque de los perros, afirmó que son "parciales y sesgados".

El fiscal mantuvo su petición de 25 años de prisión para la mujer por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, argumentando que atacó a la víctima cuando no podía defenderse y que le casuó un sufrimiento innecesario para acabar con su vida.

El abogado defensor, por su parte, cuestionó con dureza la investigación de la Guardia Civil, "de una torpeza preocupante", según dijo. El letrado afirmó que no hay una sola prueba de que la víctima estuviera sedada y que no se ha identificado el arma del crimen, ya que "los cuchillos no tienen huellas de la acusada y solo hay ADN de Horst. Salas hizo hincapié en que la causa de la muerte no está clara, ya que el propio forense "admitió que no podía descartar que fuera un infarto". También aseguró que en el cadáver no había lesiones causadas por cuchillos ni heridas defensivas.

La acusada aprovechó su derecho a la última palabra para volver a proclamar su inocencia. La mujer calificó de "absurdo" e "imposible" el relato de la fiscalía. "Soy inocente, lo juro", sostuvo, en una larga alocución que tuvo que ser cortada por el magistrado presidente.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Los forenses insisten en que el alemán de Cala Millor no murió por el ataque de perros
  • La acusada de matar a su marido en Cala Millor culpa a uno de sus perros

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO