Un hombre aceptó ayer una condena de tres años y medio de prisión por traficar con drogas cuando estaba recluido en la cárcel de Palma. El acusado llevaba ocultos en el organismo cinco envoltorios con 48 gramos de hachís y dos de heroína que pretendía distribuir en el centro penitenciario. El sospechoso se declaró autor de un delito contra la salud pública con la agravante de reincidencia, ya que había sido condenado ya por hechos similares.

El procesado, de 43 años, fue sometido con su consentimiento a una prueba radiológica en la cárcel de Palma en la tarde del 4 de septiembre de 2017. Así se descubrió que llevaba varios cuerpos extraños en el organismo.

Al verse descubierto, el hombre entregó cinco envoltorios que contenían diversas drogas. El análisis reveló que se trataba de 47,81 gramos de resina de cannabis, valorados en 280 euros, y 1,87 gramos de heroína, cuyo valor ascendía a 292 euros. El recluso pretendía introducir estas sustancia en el centro penitenciario para venderlas a otros reclusos.

Así lo reconoció ayer el hombre durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Palma. La fiscalía reclamaba inicialmente para él una condena de seis años de prisión por un delito contra la salud pública con la agravante de reincidencia. El ministerio público, sin embargo, rebajó ayer su petición a tres años y medio de cárcel tras alcanzar un acuerdo con el abogado defensor. El acusado confesó los hechos y se conformó con esta pena.