Alumnos indios pagaban entre 1.500 y 3.000 euros en Palma por aprobar la prueba teórica del carné de conducir. Estos examinados entraban con la cámara del teléfono activada y oculto bajo la ropa. Mientras, un experto les soplaba las respuestas desde el exterior. La Policía Nacional ha detenido a cuatro asiáticos y ha imputado a un quinto por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, revelación de secretos, falsificación documental y contra la Administración del Estado. Tras ser puestos los arrestados el jueves a disposición judicial, quedaron en libertad con cargos.

Los detenidos conformaban presuntamente un grupo criminal que se dedicaba a facilitar las preguntas y las consiguientes respuestas de la prueba teórica para obtener el carné de conducir. Los destinatarios de este fraude eran extranjeros, mayoritariamente indios, con grave dificultad de comprensión y de lectura del castellano. Por medio de sofisticados medios técnicos les 'soplaban' los resultados del examen.

La investigación comenzó cuando agentes de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedad (UCRIF) de la Policía Nacional tuvieron conocimiento de la red dedicada a obtener de manera ilegal los permisos de conducir en Palma. red dedicada a obtener de manera ilegal los permisos de conducir en Palma. Después de varias pesquisas, consiguieron desvelar el 'modus operandi' de esta organización.

Los aspirantes a obtener el carné de conducir accedían a la sala del examen con un móvil con cámara escondido bajo la ropa. La cámara enfocaba el examen. Mientras, un experto aguardaba en el exterior de la Jefatura Provincial de Tráfico y les facilitaba las respuestas a través de un auricular, que llevaban los examinados en la oreja.

Tras analizar estos datos, los agentes detuvieron 'in fraganti' a un examinado cuando hacía la prueba y al experto que le facilitaba las respuestas desde el exterior. Además arrestaron a otras dos personas, el considerado máximo responsable de esta organización y el captador que buscaba a extranjeros con problemas de comprensión del idioma y que necesitara el carné de conducir. Este último también era el encargado de cobrar entre 1.500 y 3.000 euros por cada prueba.

Entre los investigados por su presunta connivencia con esta trama se encuentra un viejo conocido de los investigadores: Francisco López, de 61 años, dueño de Autoescuela Paco. Fue condenado en 2013 a pagar una multa por amañar exámenes del carné de conducir y fue detenido en 2015 por usar cámaras y micrófonos en estas pruebas. De acuerdo con las pesquisas policiales, López les ayudaba a superar el examen práctico "a sabiendas de que habían superado la prueba téorica de manera ilegal".

Pese a sus antecedentes por protagonizar hechos similares y a que se encuentra investigado por este caso, Francisco López ha negado taxativamente su implicación en esta trama. "Voy a denunciar a los detenidos por difamarme y faltar a mi honor", ha espetado.

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