Un monitor de una asociación juvenil de Llubí fue condenado ayer a ocho meses de prisión y pagar una multa de 2.160 euros por enviar imágenes pornográficas y hacer proposiciones sexuales a dos menores de 13 y 15 años, miembros de la entidad. El acusado, para quien la fiscalía reclamaba inicialmente cuatro años de cárcel, se declaró autor de sendos delitos contra la libertad sexual. Además, deberá indemnizar con mil euros a cada uno de los adolescentes y no podrá acercarse a ellos en dos años.

El procesado, de 31 años, admitió los hechos tras alcanzar un acuerdo con el ministerio público. El hombre fue monitor de un 'club d'esplai' de la localidad entre 2010 y finales de 2016. Durante su paso por la asociación, entabló amistad con las dos víctimas y consiguió hacerse con sus números de teléfono.

A lo largo del mes de diciembre de 2016, el joven mantuvo varias conversaciones a través de Whatsapp con uno de los adolescentes, que tenía entonces 15 años. Tras ganarse su confianza, empezó a hacerle preguntas sobre sus prácticas sexuales y le preguntó el tamaño de su pene y si tenía ya erecciones. Durante estas charlas, envió al menor una imagen de su pene erecto y le pidió al chico que hiciera lo mismo, aunque no lo consiguió.

Unos meses después, en julio del año siguiente, contactó con el otro perjudicado, de 13 años, también por Whatsapp. A este menor le preguntó si tenía erecciones y le propuso de forma insistente que fuera a su casa con el pretexto de ver una película y demostrarle su capacidad sexual. Tampoco este adolescente accedió a sus pretensiones.

Los hechos fueron denunciados y el acusado fue detenido el 14 de noviembre de 2017. Un juzgado de Inca le prohibió entonces, como medida cautelar, acercarse a los dos menores. La fiscalía imputó al sospechoso dos delitos contra la libertad sexual y pidió cuatro años de prisión.

El abogado defensor, Carlos Portalo, y el ministerio público alcanzaron ayer un acuerdo de conformidad antes de la celebración del juicio. Tras el pacto, el acusado se declaró autor de los dos delitos, uno en la modalidad de utilización de menores con fines pornográficos y el otro en la de proposición de encuentro con fines sexuales. Por ellos aceptó ocho meses de prisión y una multa de 2.160 euros. Además, deberá someterse a un curso de reeducación sexual, tendrá que indemnizar con 1.000 euros a cada uno de los menores y no podrá acercarse a ellos en dos años.