Cinco hombres han aceptado hoy sendas penas de 21 meses de prisión y una multa de1.080 euros por un violento atraco en una vivienda de sa Pobla. Los delincuentes irrumpieron en una casa de campo de madrugada, dieron una paliza con una barra de hierro al morador y lo amenazaron, junto a su pareja, para robarles.

Los procesados se han declarado, durante el juicio celebrado en Palma, autores de un delito de robo con fuerza y violencia en casa habitada y lesiones, con la atenuante muy cualificada de reparación del daño por los 10.500 euros consignados para indemnizar a sus víctimas. A todos se les suspende el cumplimiento de la condena, por lo que los tres acusados que estaban en prisión preventiva, representados por los letrados Miquel Àngel Ordinas y Gaspar Oliver, han quedado en libertad hoy mismo. La fiscalía reclamaba inicialmente seis años y medio de cárcel para cada uno de los acusados, dos de ellos con antecedentes por hechos similares, pero ha rebajado su petición tras pactar con sus abogados antes del juicio.

Los hechos ocurrieron hacia la una y media de la madrugada del 10 de septiembre de 2017. Los cinco acusados acudieron a una casa en la carretera de sa Pobla a s'Albufera y rompieron una rejilla para acceder. Los ruidos alertaron al dueño de la vivienda, que los sorprendió en la entrada.

Uno de los intrusos le propinó entonces un golpe en el brazo con un objeto de madera. La víctima trató de cerrar la puerta, pero otro asaltante se lo impidió, metiendo una barra de hierro en medio, con la que golpeó después en la cabeza al hombre. Un tercer delincuente le dio entonces otro golpe con un puntal metálico en el pie izquierdo. Ya dentro de la casa, los atracadores amenazaron a la pareja para que les entregaran todos los efectos de valor. Se llevaron un televisor, una tablet, joyas, lotería, 70 euros en metálico y una furgoneta a la que poco después pegaron fuego en la carretera de Sencelles.

El morador de la vivienda sufrió lesiones en las piernas, la cabeza, las manos y el pie izquierdo. Precisó varios puntos de sutura y un tratamiento rehabilitador, tardó más de tres meses en recuperarse y como secuelas le quedaron una sensación de hormigueo y una cicatriz en el pie.