Tres hombres aceptaron ayer sendas condenas de dos años y tres meses de prisión por atracar, armados y con pasamontañas, una gasolinera en la autopista de Llucmajor el pasado mes de marzo. Los ladrones intimidaron con un bate de béisbol y una pistola simulada a dos trabajadores que cerraban el establecimiento para robarles la recaudación. Sin embargo, solo consiguieron llevarse la cartera de uno de ellos con 20 euros y un teléfono móvil.

Los acusados se declararon autores de un delito de robo con intimidación y uso de arma, con la agravante de disfraz y las atenuantes de reparación del daño y confesión. Deberán indemnizar a los dos empleados de la gasolinera con 1.500 euros por los daños morales causados.

Los tres procesados, de 24, 29 y 42 años fueron detenidos y encarcelados a finales de marzo como presuntos autores de 14 atracos similares cometidos desde enero tanto en negocios como en plena calle en Palma y Llucmajor. Ayer, en un juzgado de lo penal de Palma, confesaron uno de ellos cometido poco después de las diez de la noche del 14 de marzo en una gasolinera, situada en el kilómetro 10 de la autopista de Llucmajor. Los delincuentes, con pasamontañas y armados con una pistola de 'airsoft' y un bate de béisbol, abordaron a dos empleados cuando cerraban la verja trasera y les exigieron la recaudación.

Las víctimas les respondieron que el dinero ya no estaba en el local, por lo que los atracadores les hicieron tumbarse boca abajo para robarles sus pertenencias. Acabaron huyendo con un botín escaso: una mochila, 20 euros y un teléfono móvil.

Los sospechosos fueron detenidos por la Policía una semana después. Además del robo en la estación de servicio, los investigadores les consideran autores de una oleada de 14 atracos cometidos en Palma y Llucmajor entre el 29 de enero y el 19 de marzo en cinco farmacias, dos supermercados, una panadería y un salón de juegos, así como a ciudadanos en plena calle o aparcamientos. Según informó la Policía, cometieron los robos por su adicción al juego. El juez de guardia decretó entonces su ingreso en prisión, donde siguen recluidos.

El de la gasolinera es el primero de los robos que llega a juicio. La fiscalía reclamaba inicialmente para cada acusado cinco años de cárcel. Ayer, el ministerio público y los abogados de los procesados alcanzaron un acuerdo de conformidad que rebajó las penas a dos años y tres meses de cárcel al apreciar las atenuantes de reparación del daño, ya que han indemnizado a las víctimas, y confesión por su colaboración.