Un gran charco de sangre que emanaba bajo la puerta de un inmueble de la calle Trasimè, en la Platja de Palma, alarmó ayer sobremanera al vecindario. Hasta el punto de que los residentes avisaron a los servicios de emergencia. Cuando los bomberos conseguieron abrir, se toparon con el cuerpo inerte de un hombre de unos 50 años, de nacionalidad alemana, tendido en el suelo. La hipótesis que barajan los investigadores es que la víctima pudo fallecer después de caerse por las escaleras y golpearse fuertemente en la cabeza.

El trágico hallazgo se produjo sobre las once menos cuarto de ayer en un domicilio situado en el número 41 de la calle Trasimè, en la Platja de Palma. Varios vecinos mostraron mucha inquietud al ver cómo una gran cantidad de sangre salía al descansillo procedente de la puerta de un vecino germano. Nadie contestó al timbre y los residentes avisaron a los servicios de emergencia.

A continuación, una dotación de Bombers de Palma se desplazó hasta la calle Trasimé y consiguieron franquear la puerta. En ese momento, se toparon con la macabra escena. El hombre yacía inerte con un fuerte golpe en la cabeza del que brotó la sangre.

Las asistencias sanitarias del Ib-salut también se desplazaron hasta la calle Trasimé en ambulancia para tratar de atender a la víctima, pero no consiguieron hacer nada por su vida. Solo pudieron certificar la defunción.

El fallecimiento el hombre germano fue comunicado al Juzgado de Instrucción número 12 de Palma, que se encontraba ayer en funciones de guardia. El forense acudió a examinar el cuerpo.

Investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional también se personaron en el domicilio del número 41 de la calle Trasimè para reconstruir cómo se había producido la muerte de la víctima.

Tras una minuciosa inspección ocular para averiguar lo que había sucedido, los expertos llegaron a la conclusión de que la muerte de la víctima se había producido de forma accidental y descartaron por completo que hubiera una mano criminal.

Al parecer, la víctima trabajaba como tiquetero en la Playa de Palma y, según señalaron algunos testigos, era frecuente verle regresar a su domicilio en evidente estado de embriaguez. Esta pudo ser la causa que le hizo perder el equilibrio y darse un fatal golpe en la cabeza.

Operarios de los servicios funerarios se encargaron de recoger el cadáver y lo trasladaron hasta el Instituto Anarómico Forense de Palma para hacerle la autopsia y determinar con exactitud la causa de su muerte.