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Semana negra

Una partida de póquer en prisión acaba a tortazos

Una partida de póquer en prisión acaba a tortazos alberto gonzález

Un recluso ha denunciado a varios compañeros de la prisión de Palma por agredirle y romperle la nariz después de una partida de póquer en la que resultó victorioso. Los hechos ocurrieron en el módulo donde los presos se hallan internos cuando un pequeño grupo jugó una partida de póquer, pese a que está prohibido. Uno de ellos, un extranjero, ganó a sus rivales, lo que implicaba que se llevaba todo el tabaco de liar que habían apostado. Su victoria no sentó nada bien, ya que fue golpeado en el rostro por varios de los jugadores derrotados. Ahora, el caso ya ha llegado a un juzgado de la ciudad.

¿Sabe español o no?

Esta semana una magistrada se dirigió a un acusado nada más empezar el juicio por traficar con marihuana y le preguntó de forma insistente: "¿Sabe usted español?". El sospechoso, de origen nigeriano, negó en rotundo. "Mire, su abogado dice que sí que sabe". El encausado volvió a negar. La juez, cada vez más molesta, se mostró extrañada al conocer que el africano llevaba diez años residiendo en España y, pese a ello, decía que no sabía español. Al final, el extranjero se salió con la suya y declaró asistido por un intérprete de inglés.

Con la biblia en la mano

Un procesado acudió hace varios días a la Audiencia de Palma con la Biblia en una de sus manos. El hombre deambulaba por el patio del palacio de justicia sin separarse del libro sagrado. Al empezar el juicio por supuestamente violar a una prostituta a la que había contratado poco antes en la Porta de Sant Antoni, el acusado proclamó su inocencia: "No la forcé, todo es mentira, lo juro por Dios, por mi Dios, miren ahí la Biblia". En el turno de la última palabra volvió a jurar por Dios. El sospechoso, de origen rumano, dio muestras de su religiosidad y abandonó la sala con la Biblia entre sus manos. Minutos antes, había manifestado que había acordado un servicio completo con la prostituta por 30 euros. Según su versión, tuvo sexo con ella en su casa y le pagó los 30 euros pactados.

El catalán y vox

Esta semana empezó el juicio contra un afiliado del partido político Vox y voluntario del Círculo Balear por presuntamente acosar a una dirigente de la formación en 2014 en Palma. La magistrada se dirigió al acusado al inicio de la vista oral en catalán. Él, muy correcto y educado, siempre contestó en castellano. Incluso se refirió a los problemas que tenía la víctima en su trabajo en la universidad por la inmersión lingüística. "Ella se quejaba del catalán de la universidad", explicó. La magistrada continuó utilizando el catalán de forma natural en el juicio. También con varias testigos como la expresidenta y presidenta de Vox, que prestaron declaración en castellano, pero al final, de forma más informal y coloquial, también acabaron hablando en catalán. No hubo ningún problema, todo el mundo se entendió. Incluso, a la fiscal, cuando interrogaba al sospechoso, se le escaparon varias frases y comentarios en catalán.

Sin ganas de armas

Un mecánico de coches, reservista voluntario de las Fuerzas Armadas que fue detenido a principios de la semana con un arsenal de armas y munición en su taller en el polígono de Son Castelló, acabó reconociendo que se le habían quitado las ganas de tener pistolas, fusiles y cartuchos después de ser arrestado. El hombre indicó que era coleccionista, cazador, y que solía frecuentar ferias en las que se expone armamento.

Perros y gatos desamparados

Hace unos días, una pareja extranjera con una orden europea de detención fue arrestada en Palma por una estafa al no pagar un crédito y por disponer de un coche de alquiler y no cumplir con lo que estipulaba el contrato. Contra todo pronóstico, los dos sospechosos ingresaron en prisión por orden de un magistrado de la Audiencia Nacional, tras la celebración de una vista por videoconferencia. La Policía Nacional se percató entonces de un pequeño problema. La pareja vivía en un domicilio en Palma con varios perros y gatos. Debido a su encarcelamiento, los agentes tuvieron que llamar a una protectora para que se hiciera cargo de los animales.

Amistades peligrosas

Una mujer llamó a la Policía Local de Palma para avisar de que estaba sufriendo malos tratos por parte de su pareja. La víctima explicó a los agentes que el hombre le había propinado puñetazos y bofetones. Según contó, una amiga suya había presenciado la agresión y podía confirmar lo ocurrido. Los policías contactaron con esta testigo por teléfono, pero no sirvió de mucho. Les dijo que no quería tener problemas con la Policía y colgó.

Era de esperar

Dos conductores dejaron aparcados sus coches en una zona reservada para estacionar motocicletas. Fueron poco avispados, porque lo hicieron delante del cuartel de la Policía Local de Palma, en Sant Ferran, y frente a la terraza de un bar al que muchos agentes van a tomar café. Así que duraron más bien poco en el lugar prohibido. Un policía los descubrió y llamó a la grúa, que se los llevó enseguida.

Llucmajor Controles policiales por sorpresa

Los conductores que circulaban estos días por la calle Antonio Gálmez, de s´Arenal de Llucmajor, se han visto sorprendidos por controles sorpresa. Al aproximarse un vehículo, agentes de la Policía Local salían de detrás de dos coches y les daban el alto. Sus vehículos tenían las luces apagadas y no llevaban el habitual chaleco reflectante. La posibilidad de escapatoria era nula.

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