Togas de colores para los magistrados de la Audiencia de Palma. Un tribunal utilizó esta idea para romper el hielo a la hora de explorar a una niña de diez años que fue supuestamente abusada por un jubilado durante la proyección de una película en un conocido cine de la ciudad. La menor compareció en la sala y empezó a declarar acompañada de su padre y protegida por un biombo. La presidenta del tribunal le preguntó si llevaba uniforme en su colegio. La víctima respondió afirmativamente. Entonces, la magistrada le explicó que las togas que llevaban eran como su uniforme pero de color negro. La juez añadió que ella preferiría que fueran de otros tonos como rosa, azul o verde. La niña sonrió. La tensión contenida del juicio se fue rebajando y la perjudicada empezó a hablar con naturalidad y de forma espontánea. Algo similar ocurrió cuando fue el turno de su hermano, de 14 años, quien confirmó que vio al sospechoso cómo tocaba el muslo a la niña cuando miraban una película en el cine.
Enjambres y rastrojos
Con la llegada del buen tiempo y las altas temperaturas, los Bombers de Mallorca y los de Palma suelen actuar en servicios que son todo un clásico. En las últimas semanas, los especialistas han intervenido para retirar varios enjambres de abejas y también han sofocado incendios de rastrojos. Además, tanto en Inca como en Montuïri, los miembros de Protección Civil han actuado retirando sendos panales de gran tamaño.
Pánico por un perturbado
Hace varios días, un perturbado sembró el pánico por varias calles de Palma. El hombre iba andando y agredía a todo aquel que se cruzaba por su camino. Pegaba a peatones y también llegó a golpear al conductor de un coche. Ante la alarma generada, se movilizaron seis policías nacionales para detenerle. Uno de los agentes fue atacado. Al final, el exaltado, muy agresivo, fue interceptado en las inmediaciones de la calle Goethe. Los investigadores lo trasladaron directamente al área de Psiquiatría del hospital de Son Espases. El hombre estaba descompensado porque llevaba mucho tiempo sin tomar la medicación que le correspondía.
Puñetazos por un refresco
La tormentosa relación entre un hombre y su hijastro acabó el pasado lunes con ambos detenidos y magullados. Los dos se enzarzaron en una discusión cuando el joven cogió un refresco de la nevera y su padrastro le reprochó que vive a la sopa boba. Hubo un intercambio de puñetazos en el que el hombre perdió dos dientes. La Policía Local de Palma acabó arrestándolos cuando acudieron a comisaría para denunciarse mutuamente. El mayor de ellos pidió un habeas corpus y ante el juez sostuvo que las lesiones sufridas eran fruto de una agresión de los agentes. No coló.
El chapuzón delator
El pasado miércoles a las cuatro de la madrugada una patrulla de la Policía Nacional que recorría el Paseo Marítimo, a la altura de Monseñor Palmer, se encuentra con una pareja que, como mínimo, se puede calificar de sospechosa. Eran dos chicos cargados con un montón de cañas de pescar y diferentes artilugios náuticos, y uno de ellos iba completamente empapado. Los agentes les interceptan y les preguntan qué están haciendo. Ambos se miraron y tuvieron que admitir que su pinta les delataba. Acababan de entrar a robar en uno de los barcos atracados en el paseo y uno de ellos se había caído al agua, que debía de estar fresquita.
Una mochila sospechosa
Un ciudadano alertó el viernes a mediodía al 112 de que un grupo de "personas extranjeras" acababa de dejar una mochila abandonada en la estación meteorológica de la plaza de España, en Palma. Una dotación de la Policía Local acudió al lugar y comprobó que era simplemente eso, una bolsa olvidada.
