Antonio Llompart Perún, el joven que asesinó a su madre a golpes de mancuerna y asfixiándola con un cable en Palma, aceptó ayer dos años de prisión por agredir a un funcionario de la cárcel. La víctima sufrió una fractura en la mano derecha al caer al suelo durante un forcejeo, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y estuvo tres meses de baja. Llompart, que cumple 20 años de reclusión por el crimen, reconoció los hechos y se declaró autor de un delito de lesiones y otro de atentado. Además, deberá indemnizar al funcionario con 5.150 euros.

El 29 de noviembre de 2014, poco antes de las once de la mañana, un grupo de funcionarios trasladaba al joven al módulo de aislamiento. Durante el recorrido, Antonio Llompart atacó a los trabajadores y empezó a forcejear con ellos. En la refriega, uno de empleados cayó al suelo y sufrió una fractura en el quinto metacarpiano de la mano derecha. El hombre tuvo que ser atendido en un centro médico y sometido a una intervención quirúrgica. Estuvo cuatro días hospitalizado y tardó 88 en recuperarse completamente, aunque le quedó como secuela una pequeña cicatriz.

La fiscalía calificó los hechos como un delito de lesiones y otro de atentado, por los que reclama inicialmente cuatro años de prisión en total. Ayer, tras alcanzar un acuerdo con el abogado defensor, rebajó su petición a la mitad. Llompart Perún fue excarcelado y trasladado por la Policía a Vía Alemania. Ante un juzgado de lo penal, admitió los hechos y aceptó ser condenado a dos años de cárcel.

En el edificio judicial le esperaba su padre, con quien charló de forma cariñosa en el pasillo durante unos segundos antes y después de celebrarse el juicio. Ambos fueron condenados por la Audiencia Provincial tras ser juzgados por el asesinato de María Luisa Perún. La sentencia, confirmada ya por el Tribunal Supremo, declaró probado que el joven atacó a su madre en la madrugada del 28 de febrero de 2013 en el domicilio familiar, en la calle Rosselló i Caçador de Palma. La tiró al suelo de un empujón y le propinó varios golpes en la cabeza con una mancuerna de tres kilos. Cuando la mujer se arrastraba, malherida por la brutal agresión, la estranguló con un cable.

El fallo resaltó la "desmedida crueldad" del joven, de 21 años, y consideró que su actuación rozaba "los límites del ensañamiento". El crimen fue "el episodio final de una continuada actitud de desprecio y maltrato" hacia su madre, que recogió en un diario el calvario al que fue sometida durante años.

El padre, que tiene ahora 82 años, fue absuelto de su participación en el asesinato pero condenado por maltratar, despreciar y humillar habitualmente a la mujer y tolerar las agresiones que sufría a manos de su hijo. La sentencia le impuso tres años de prisión y le reprochó que con su pasividad convirtió a María Luisa Perún en un "objeto apto para recibir golpes". El Supremo agregó que sus malos tratos "constituyeron el perverso aprendizaje que fue recibiendo el hijo".

El joven fue condenado también, en otra causa, por fingir un secuestro para acusar a la familia de su exnovia. Se hizo tres cortes en una pierna con una cuchilla de afeitar y denunció que había sido torturado y amenazado en una furgoneta. Por estos hechos aceptó una multa de 810 euros por simulación de delito.