Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Semana negra

Así se hacen las estadísticas en este país

Un retrete, tirado junto a una papelera en la calle Pere Dezcallar, en Palma.

El pasado 3 de enero pudieron leer en este periódico una cumplida información con el balance de los accidentes de tráfico del año pasado en Balears: 46 personas perdieron la vida en los distintos siniestros de circulación ocurridos en 2015 en las islas, dos menos que el año anterior. Pese al drama que hay detrás de cada muerte, hay una lectura positiva, ya que las cifras se mantienen en mínimos históricos, solo por detrás de 2013, cuando hubo 43 fallecidos.

Al día siguiente, todo un ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la directora general de Tráfico, María Seguí, hacían público en Madrid el "balance provisional de siniestralidad en vías interurbanas" de la Dirección General de Tráfico (DGT). Sus datos por comunidades contabilizaban en Balears 33 víctimas mortales, siete más que el año anterior, en el que se habrían producido 26 fallecimientos.

Probablemente a alguno de ustedes le llamó la atención el baile de cifras, sobre todo tratándose de algo tan serio como el número de personas que han perdido la vida en accidentes de tráfico. La explicación es sencilla. Hace más de una década en este diario andábamos escamados con las estadísticas oficiales de Tráfico y decidimos hacer nuestro propio recuento. El método no es muy complicado: consiste en anotar en una lista cada caso de persona fallecida en accidente que publicamos.

En la DGT vienen a hacer lo mismo, con dos salvedades. No incluyen los fallecidos por accidentes de tráfico en el interior de vías urbanas ni aquellos en los que las víctimas mueren pasadas 24 horas del accidente. Pero esto no fue siempre así. Hasta hace pocos años sumaban también los ocurridos en núcleos urbanos, pero cambiaron el criterio para adecuarlo al de otras comunidades, lo que distorsiona la comparación con años precedentes.

Esta diferencia implica que las cifras oficiales de víctimas del tráfico son cerca de un treinta por ciento más baja que las nuestras. ¿Cuál se acerca más a la realidad? Júzguenlo ustedes. Pero eso les puede dar una idea de cómo se hacen las estadísticas en este país. Piénsenlo, antes de creerse todo lo que venga con un membrete del Gobierno.

Corta huida

El pasado lunes por la tarde, cuatro personas abordaron a un joven en Palma, le arrebataron un teléfono móvil y se dieron a la fuga a la carrera. La víctima reaccionó de inmediato. Empezó a perseguir a los delincuentes y contactó con la Policía Local. El joven fue indicando a los agentes el recorrido de la fuga para que interceptaran a los ladrones. Una dotación del Grup d'Actuació Preventiva (GAP) se apostó en uno de los cruces de la calle Aragón por los que iban a pasar los sospechosos y logró capturar a uno de ellos. Curiosamente, la huida terminó ante una tienda de compraventa de productos de segunda mano, donde al parecer pretendían deshacerse del aparato sustraído.

Servicio humanitario

Un agente de la Policía Local de Palma reparó en la extraña presencia de un hombre de avanzada edad, desorientado y vestido solo con una bata en la plaza Weyler. Todo apuntaba a que se trataba de un paciente de un hospital, pero la indumentaria que llevaba era de un centro de la península. El hombre explicó que estaba ingresado junto a su sobrina, pero no sabía dónde. El agente llevó a cabo varias gestiones hasta aclarar que había salido del Hospital General. Una ambulancia recogió al anciano y lo llevó de nuevo al centro.

Actitud sospechosa

La supuesta presencia de un hombre árabe que llevaba una mochila y lanzaba proclamas en las Avenidas generó el viernes por la mañana una importante movilización policial. Un ciudadano alertó a la Policía Local, que a su vez informó al Cuerpo Nacional de Policía. Varias patrullas acudieron al lugar y hasta el grupo de Información -encargado de investigar y vigilar los supuestos casos de yhadismo- fue movilizado. Los agentes, sin embargo, no dieron con el sospechoso pese a realizar varias batidas por la zona.

Un partidillo molesto

Un grupo de chavales de la barriada palmesana de Son Armadams montaron el lunes un partido de fútbol. Nada que objetar si no fuera porque el terreno de juego era un tramo de la calle Josep Sureda i Blanes, que quedó cortada al tráfico. Varios vecinos molestos, a los que los chicos no dejaron pasar, llamaron a la Policía. Los agentes acudieron al lugar y pusieron fin al partido.

Un inodoro en la acera

El nuevo sistema de recogida de trastos implantado por el Ayuntamiento de Palma está dejando imágenes poco habituales en las calles de la ciudad. Durante varios días de esta semana ha permanecido en la calle Pere Dezcallar i Net, junto a una papelera, un inodoro con dos pegatinas que dejaron los operarios: "Això no toca!", rezaba. Una estampa muy poco navideña.

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