Un turista británico fue interceptado e identificado por la Guardia Civil hace unos días cuando corría por las pistas del aeropuerto de Palma. El joven, que había viajado a la isla para celebrar su despedida de soltero con unos amigos, se saltó la espera en la puerta de embarque y se dirigió hacia el avión en el que debía embarcar. El comandante le prohibió el acceso al aparato tras el altercado y el vuelo sufrió una hora de retraso.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo 7 de junio hacia las seis de la tarde. Los pasajeros de un vuelo de Ryanair con destino a Birmingham esperaban a que un autobús los trasladara hasta el avión. De pronto, un joven de unos 25 años aparentemente ebrio saltó a las pistas y empezó a correr hacia el aparato, aparcado a unos 300 metros de allí. La invasión de la zona restringida -por la que circulan continuamente tanto aeronaves como vehículos de transporte de equipaje y camiones cisterna- fue detectada de inmediato tanto por el personal de la compañía que controlaba el embarque como por el piloto del avión, que dieron aviso de lo ocurrido a la Guardia Civil.
Antes de que los agentes llegaran al lugar, varios trabajadores del aeropuerto habían logrado ya interceptarlo y llevarlo de nuevo a la terminal, donde le exigieron que entregara su pasaporte.
Los guardias identificaron al alborotador y lo interrogaron. El turista explicó que se trataba de una broma entre sus amigos. Fuentes policiales explicaron ayer que el joven no llegó a ser detenido pero se elaboró un atestado sobre el incidente.
El comandante del avión, por su parte, tomó duras medidas contra él. El piloto le impidió el acceso a la aeronave por el revuelo que había provocado y ante el temor a que causara más incidentes durante el trayecto, por lo que el joven se quedó en tierra. Según explicaron fuentes aeroportuarias, el altercado retrasó casi una hora la salida del avión, que tenía previsto despegar hacia Birmingham a las 18:20 horas y lo hizo a las 19:07.
