Una trágica coincidencia se dio ayer en los acantilados de Porto Cristo. Mientras un dispositivo compuesto por Policía Local de Manacor, Policía Nacional y Guardia Civil se afanaba por buscar por tierra y mar indicios de una mujer desaparecida el pasado sábado, otra falleció tras precipitarse contra las rocas desde una altura de diez metros. El hijo de la fémina en paradero desconocido negó categóricamente, al identificar el cuerpo, que el cadáver fuera el de su madre.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 11 de la mañana en Porto Cristo. A primera hora de la mañana, efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Manacor se habían desplegado por la localidad costera en busca de Magdalena F.M., de 68 años, que había partido de su domicilio el pasado sábado sin dejar rastro. Mientras tanto, por el mar, los buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del Instituto Armado realizaban inmersiones por si la mujer desaparecida pudiera haberse ahogado.

Cuando las patrullas policiales parecían haberse retirado, una mujer de 45 años, vecina de Porto Cristo, comenzó a merodear por la avenida sa Fonera, a unos 30 metros del precipicio. Agentes de la Policía Local advirtieron a esta persona de que se alejara del acantilado por el peligro que representaba. De repente, esta se precipitó contra las rocas desde una altura de unos diez metros y su cuerpo quedó inerte en el fondo. Los efectivos desplegados por la zona sospecharon que pudiera tratarse de la desaparecida.

Bombers de Mallorca, procedentes del parque de Manacor y efectivos del Grupo de Montaña de Inca, se encargaron de recuperar el cuerpo de la víctima del fondo del acantilado.

Ante las sospechas de que la víctima pudiera tratarse de la mujer desaparecida, las labores de rastreo se suspendieron de inmediato. Cuando el hijo de Margarita F.M. se desplazó a identificar el cuerpo, los investigadores apenas podían dar crédito. El vástago negó categóricamente que el cadáver que acababa de examinar correspondiera a su madre.

Tras el espectacular vuelco de los acontecimientos, se abrió un nuevo interrogante. Los investigadores averiguaron que la fallecida era una mujer de 45 años vecina de la localidad. A continuación, la búsqueda recién suspendida de Margarita F.M. se reanudó de inmediato.

Margarita había sido vista por última vez en la tarde del sábado. Ella dijo que se iba a pescar, aunque nunca había mostrado tal afición. Entre las nueve y nueve y media de la noche se la vio merodeando por el campo de fútbol. Según señalaron algunos testigos, la mujer estaba desorientada y preguntaba por su domicilio.