­La fiscalía reclama penas que suman 24 años y medio de prisión para los tres ocupantes de un lujoso Jaguar por intentar matar a un joven peatón al que arrollaron y arrastraron durante casi 400 metros en el Paseo Marítimo de Palma de madrugada en mayo de 2010. Según el ministerio público, los tres procesados atropellaron de forma intencionada al perjudicado, después de mantener una discusión con un grupo de muchachos en el que él se encontraba y de que uno de ellos golpeara el coche. Al cerciorase de los desperfectos causados por los impactos en el vehículo, los sospechosos supuestamente decidieron regresar al lugar de los hechos para ajustar cuentas.

El conductor, que iba ebrio, aceleró en el momento en el que la víctima cruzaba la calzada y lo embistió. El joven peatón quedó atrapado bajo la rueda del Jaguar y fue arrastrado 379 metros, pese a los gritos y advertencias de numerosos testigos que vieron el suceso, según la acusación pública. Dos de los imputados se marcharon a pie del lugar, mientras el perjudicado yacía malherido aprisionado en los bajos del turismo. El muchacho, que en aquella época contaba 21 años, sufrió severas lesiones en la cabeza y quemaduras de tercer grado provocadas por el roce con el asfalto. Ingresó en estado crítico en la UCI del hospital de Son Dureta, en Palma. Tardó un año en curar de las heridas y actualmente arrastra graves secuelas como la amputación de dos dedos de una mano, limitación de la movilidad en las articulaciones de la mano o un trastorno adaptativo reactivo. Como consecuencia de estos hechos, ha sido declarada su incapacidad total para el desempeño de su ocupación habitual.

El juicio contra los tres procesados está previsto que se celebre en la Audiencia Provincial de Palma. La fiscal acusa a los tres hombres de un delito de homicidio en grado de tentativa y, además, aprecia la circunstancia agravante de abuso de superioridad. Para cada uno de ellos, solicita sendas penas de ocho años de cárcel. El conductor del Jaguar, que ahora tiene 30 años y que dio una tasa positiva en la prueba de alcoholemia de 0,56 mg de alcohol por litro en aire espirado, también está imputado por un delito contra la seguridad del tráfico. Por este motivo, el ministerio público pide para él otros seis meses de prisión, así como la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante cuatro años.

En cuanto a la responsabilidad civil, la acusación pública reclama que los tres ocupantes del coche indemnicen al afectado con 227.000 euros por las lesiones y secuelas causadas.

Los hechos se remontan a las seis de la madrugada del pasado 23 de mayo de 2010 cuando los tres imputados salieron de una conocida discoteca del Paseo Marítimo de Palma y acudieron a un aparcamiento situado frente al local nocturno.

Según la fiscalía, los sospechosos mantuvieron una discusión con un grupo de chicos, entre ellos la víctima, que se hallaban alrededor de un vehículo, un Jaguar S-Type 2.7. Acto seguido, los tres procesados se subieron al coche y se marcharon del lugar, tras efectuar algún acelerón y siendo increpados por el otro grupo. Alguno de los muchachos asestó golpes al automóvil.

Una vez comprobaron los desperfectos que presentaba el Jaguar, los acusados, que se hallaban a unos metros del lugar de la disputa, decidieron "de común acuerdo" dar media vuelta y regresar allí con la intención de identificar a los causantes de los daños y ajustar cuentas. Entonces, al advertir la presencia de uno de los jóvenes, que en ese instante cruzaba el Paseo Marítimo, el ocupante que viajaba en el asiento trasero instó al conductor a que acelerara, según la acusación. Así, el piloto aumentó la velocidad y arrolló de forma súbita al peatón, que quedó atrapado en la rueda del Jaguar y fue arrastrado 379 metros.

El vehículo finalmente se detuvo ante la dificultad de controlarlo. La fiscalía destaca que los sospechosos sabían que el afectado había quedado atrapado en los bajos del turismo. Pese a ello, dos de ellos huyeron del lugar antes de que la víctima fuera auxiliada. Mientras, el tercer encausado se quedó dentro del habitáculo del Jaguar encerrado. El conductor presuntamente había ingerido con anterioridad y en exceso bebidas alcohólicas que afectaban a su capacidad para circular. Dio positivo en la prueba de alcoholemia.

Por su parte, la víctima sufrió un grave traumatismo craneoencefálico, quemaduras de segundo y tercer grado y la amputación de dos dedos. Resultó herido crítico y fue hospitalizado. Tras ser intervenido, le quedaron secuelas y está incapacitado.