Un matrimonio de octogenarios falleció ayer a la salida de Santa Margalida al ser arrollado el ciclomotor en el que viajaban por un coche. El conductor del turismo argumentó que había sido deslumbrado por el sol y los rayos le habían impedido ver la moto.

El trágico accidente de tráfico ocurrió sobre las 7.45 horas en el kilómetro 3,900 de la MA-3400, la carretera que une Santa Margalida con Son Serra de Marina, a la salida de la primera localidad.

El matrimonio de ancianos, residente en Santa Margalida, había salido en su ciclomotor hacia una parcela situada en las afueras del municipio. El marido, de 83 años, pilotaba la moto y su esposa, de 81, iba de paquete.

De repente, un coche embistió con violencia por detrás al ciclomotor. El conductor, al parecer deslumbrado por el sol, no advirtió la presencia de la moto con los dos ocupantes. De hecho, no había en las inmediaciones la menor huella de frenada.

La mujer, Catalina T.F., se llevó, inicialmente, la peor parte. El fuerte impacto le provocó la muerte en el acto. Su marido Juan R.G., el piloto, presentaba politraumatismos. Sin embargo no superó en el hospital las graves lesiones que presentaba y falleció horas después en Son Espases.

Un dispositivo especial de emergencias se activó en torno al lugar del siniestro. Las asistencias sanitarias del Ib-salut se desplazaron a bordo de una UVI móvil. Los facultativos no pudieron hacer nada por salvar la vida de la anciana que viajaba de paquete en el ciclomotor y se limitaron a certificar su defunción.

A continuación, el personal sanitario atendió al anciano piloto del ciclomotor. En un principio, le apreciaron múltiples traumatismos, aunque no se temía por su vida. Fue trasladado en una UVI móvil en estado grave al hospital Son Espases de Palma, donde quedó ingresado.

Sin embargo, el estado de la víctima se deterioró rápidamente agudizado por su avanzada edad. Su salud fue empeorando a marchas forzadas y sufrió una serie de complicaciones en su organismo como consecuencia de las lesiones que presentaba. Juan R.G. no logró remontar y, tres horas después de sufrir el accidente de tráfico, falleció en el hospital palmesano.

Efectivos de la Guardia Civil de Tráfico se desplazaron hasta el lugar para abrir una investigación y esclarecer las circunstancias que rodearon el siniestro mortal. Asimismo, agentes de la Policía Local de Santa Margalida acudieron al lugar y se encargaron de regular el tráfico en las inmediaciones del accidente.

Los agentes del Instituto Armado interrogaron al conductor del coche que embistió al ciclomotor. El implicado en el siniestro, ileso pero visiblemente afectado, aseguró que el sol le había deslumbrado por completo y le había impedido advertir la presencia del ciclomotor en la carretera. La prueba de alcoholemia dio resultado negativo.

Los rayos solares ayer jugaron otra mala pasada. A esa misma hora, en la Vía de Cintura de Palma, dos motoristas se vieron implicados en dos accidentes de manera casi simultánea a escasos metros uno de otro. Las víctimas sufrieron diversas fracturas en sus piernas.

El doble siniestro ocurrió sobre las 7.45 horas en la Vía de Cintura a la altura del desvío a Son Rapinya, en sentido Aeropuerto. El sol se encontraba en esos momentos muy bajo y la visibilidad era prácticamente nula al subir el cambio de rasante.

Varios automóviles redujeron drásticamente la velocidad para adecuarla a las difíciles condiciones de visibilidad. El piloto de una motocicleta Aprilia de gran cilindrada, que circulaba por el carril izquierdo, no se percató de esta situación e impactó por alcance contra un coche. Sufrió una fractura abierta del fémur.

Casi en el mismo momento y a escasos metros, en el carril derecho, otro motorista alcanzó otro automóvil que había aminorado la marcha. El piloto sufrió fracturas en sus piernas.