El inspector Jaume Pla (Inca, 1959) es uno de los hombres de confianza del nuevo jefe de la Policía Local de Palma. Después de tres décadas en el cuerpo y tras más de 20 años en la Policía Judicial, ha asumido un papel fundamental en lo más alto del organigrama. Está al frente de la comisaría este -con epicentro en Son Gotleu y que abarca desde las Avenidas a Son Ferriol-, dirige los departamentos de Asuntos Internos, Transmisiones, Informática y Relaciones Externas, mientras se mantiene al frente de la Unidad de Protección Familiar. Uno de sus principales retos es la reconversión de la Policía de Barrio en Policía Comunitaria.

­„Con la remodelación del cuerpo ha asumido muchas competencias.

„En octubre de 2013, el coordinador Guillem Mascaró me ofreció dirigir el distrito este y participar en la reestructuración de la Policía de Barrio. Dije que sí, no tenía muchas alternativas. Pero al mismo tiempo sigo llevando protección familiar y estoy en la rueda de jefe de día, como si fuera jefe de unidad. Así hemos estado hasta la llegada de Mut, que me pidió que coordinara varias secciones que dependían de él. Es una situación provisional, porque hay demasiada carga de trabajo. Además, como responsable del distrito este debo reactivar la oficina de denuncias de Son Gotleu. Tengo un equipo de mandos muy potente que me ayuda. Hemos empezado de cero y se está preparando nuevo organigrama.

„Dicen que es usted el hombre fuerte del nuevo jefe, Joan Mut.

„No estoy de acuerdo. Tengo un cargo de cierta relevancia, como es el de inspector, en la cadena de mando. Pero hay otros inspectores con mucha responsabilidad, como Miquel Quetglas, que es jefe de un distrito tan importante como el de litoral y al mismo tiempo de Protección Civil. Las responsabilidades están muy repartidas.

„En cualquier caso, es una de las personas con más peso en el cuerpo.

„El nuevo jefe ha confiado en mí, hemos crecido juntos en el cuerpo y hay una relación de confianza. Pero hay muchos otros compañeros con mucha capacidad de mando y gestión.

„Uno de los encargos más importantes que le han hecho es la puesta en marcha de la nueva Policía Comunitaria. ¿En qué consistirán estos cambios?

„Quiero precisar que la orden me la dio el coordinador general técnico, Guillem Mascaró, antes de la llegada del nuevo jefe. En este tema hay cierta confusión, no es un mero cambio de nombre. La Policía Comunitaria es una filosofía de trabajo, que engloba la proximidad y hace una inmersión con lo que es todo el colectivo. Tenemos que interactuar entre todos nosotros y sobre todo con la comunidad, para que nuestra actividad se ajuste a las demandas para resolver los problemas del ciudadano. No es cuestión de destinar un número determinado de agentes, sino de implicarnos todos en la comisaría e implicar al resto de unidades y divisiones. Se trata de catalizar lo que necesita el barrio. La interacción con los actores ciudadanos y comunitarios es básica y constante, con los centros escolares, las entidades comerciales, las asociaciones de vecinos... En definitiva, estar a lo que se nos demanda. No funcionar con una serie de actuaciones aisladas, sino buscar la sinergia institucional para que todo funcione y mentalizarnos de que todos juntos no somos reinos de taifas aislados, que no puede ir cada uno por su lado. En cierto sentido, queremos que sea el policía que trabaja la zona el que marque un poco la pauta.

„¿En qué se van a traducir estos cambios?

„Nuestro trabajo tiene que ser lo que necesite el ciudadano, no lo que nos parezca a nosotros. El policía de barrio es que el patea la barriada y las entidades necesitan una referencia a la que dirigirse. Pero esta labor no puede depender solo de una persona, por lo que son equipos de barrio dirigidos por un oficial los que van canalizando las necesidades que hay.

„También le han encomendado reabrir al público la comisaría de Son Gotleu.

„Vamos a reabrir la oficina de denuncias, pero no tanto como tal, sino para darle accesibilidad al ciudadano. Tenemos que ser sumamente accesibles. En el distrito este tenemos el 40 por ciento de los habitantes de la ciudad, y no puede ser que el lugar de recepción de denuncias más cercano sea la Jefatura de la Policía Nacional o Sant Ferran. Una vez desarrollado el modelo de seguridad ciudadana que quería el alcalde, ahora la orden es clara: toca Policia Comunitaria. Y podemos ajustar los recursos para hacerlo.

„¿Supone esto que se han cambiado las prioridades del modelo policial?

„No, se ha hecho una cosa detrás de la otra. El alcalde empezó por potenciar la seguridad ciudadana y el modelo debe seguir, no se trata de restar, sino de sumar. Potenciar la Policía Comunitaria va a demandar a las unidades de seguridad ciudadana una serie de servicios que van a tener que atender porque lo pide la comunidad, no porque con mejor o peor criterio lo decida de manera aislada una comisaría.

„­¿De cuántos agentes van a disponer para la Policía Comunitaria?

„En toda Palma serán más de 200 agentes, dirigidos por un comisario. En el distrito este tenemos unos 80, más o menos. Son 40 policias de barrio y 40 de la Unitat de Suport, a los que hemos unificado con los mismos horarios, condiciones laborales más parecidas y sueldos equilibrados. Harán jornada continua, lo que nos permitirá cubrir más horas, y habrá momentos en los que hagan un trabajo más reactivo, atendiendo llamadas del 092. Es un cambio real con muchas ventajas. Hemos reducido el tamaño de los barrios, creando zonas nuevas como La Paloma o La Gruta, y ahora se cubrirán 27 en lugar de 20. Esto nos permitirá ser mucho más accesibles.

„Hubo una fuerte oposición de gran parte de la plantilla porque con esta reestructuración veían reducido su salario, al perder el plus de jornada partida.

„La situación se ha tranquilizado mucho y hay buen ambiente. Se ha dado la posibilidad a los agentes de que la pérdida sea de 100 euros. Se les ha ofrecido la posibilidad de aumentar su disponibilidad para adelantar o retrasar la jornada en tres horas en función de los servicios y cobrar un plus por ello. Hay que tener en cuenta que la jornada partida supone una doble estructura de todo, de mandos, de vehículos, de aparatos de transmisiones... Este cambio ha permitido racionalizar la gestión de los recursos, que en una época de escasez como la que tenemos es muy importante. Además, con la flexibilidad vamos a conseguir que se dejen de pagar horas extras.

„¿Cuáles son las demandas principales de la ciudadanía?

„Tenemos un incremento enorme de servicios de mediación, de todo lo que son quejas por molestias, ruidos, perros... Es una gran demanda de situaciones que atiende la Policía Comunitaria, muchas de las cuales nos entran a través del teléfono 010 y por Internet. En 2013 hubo más de 6.000 demandas atendidas por la Policía de Barrio, cuando en 2009 había unas 3.000. No es que haya más problemas, sino que se ha mejorado mucho la accesibilidad. Básicamente son conflictos vecinales y nuestras intervenciones evitan que los problemas vayan a más.

„¿En cuánto tiempo se atienden estas demandas?

„En diez días tenemos que llevar a cabo el primer contacto con el requirente. A partir de ahí se empieza a investigar la queja y debe ser contestada y plantearse una solución antes de un mes. Hay situaciones que no se pueden arreglar solo con una intervención policial, como son casas ocupadas, que en Son Gotleu hay bastantes casos, por lo que derivamos muchos servicios a otros organismos. Lo más habitual son quejas de ruidos, perros, coches abandonados...

„¿Cómo contacta el ciudadano con el policía de barrio?

„Hay que distinguir las urgencias, que deben ser comunicadas al 092, 091 o el 112, de lo que son actuaciones del policía de barrio, que atiende asuntos que, aunque pueden ser graves, no son urgentes. Un punto claro de contacto es el colegio, ya que todos son policías tutores. Tienen un teléfono de contacto que van facilitando a las entidades, como asociaciones de vecinos, colegios... A finales de junio reabriremos la oficina de Son Gotleu, con lo que facilitaremos mucho la atención al ciudadano. El barrio lo notará mucho y además se descongestionará mucho Sant Ferran y la Jefatura de Policía.

„¿Qué papel jugará la Policía Comunitaria con la ordenanza cívica?

„Va a tener un papel muy importante. La ordenanza es un elemento más, una herramienta para mejorar la convivencia, que es lo que pretende. Creo que ayudará. Intentaremos que sea un trabajo más informativo que represivo. Por ejemplo, en una plaza donde hay chicos dando balonazos y molestando, ahora tendremos una herramienta para perseguir estos actos y quitarles la pelota, por ejemplo. No se trata de tener unos valores decimonónicos, sino de facilitar la convivencia.