­Una joyería del barrio palmesano del Coll den Rabassa fue desvalijada por el procedimiento del butrón. Los delincuentes aprovecharon las pasadas fiestas y que el establecimiento se encontraba cerrado para actuar sin sobresaltos y sustraer las piezas preciosas sin ser sorprendidos.

El fuerte olor a quemado fue el que despertó la alarma en el vecindario. Hasta el punto de que el lunes decidieron llamar a la Policía. Cuando los agentes llegaron al establecimiento se encontraron que había sufrido un robo.

Los investigadores del Grupo de Robos de la Policía Nacional sospechan que la sustracción de las joyas fue obra de auténticos profesionales.

Desconectaron las alarmas y el olor a quemado podría proceder del uso de una lanza térmica. Hasta el momento el valor de las alhajas está pendiente de ser inventariado.