Un bloque de viviendas del Coll d´en Rabassa, en Palma, escondía un enorme laboratorio de marihuana. La Guardia Civil, tras varias semanas de pesquisas, desmanteló ayer el invernadero y se incautó de 1.098 plantas distribuidas en las habitaciones de tres viviendas de la finca. Los investigadores arrestaron a dos personas como responsables del laboratorio, que contaba con lámparas de calor e iluminación y un sistema para renovar el aire de las nueve estancias en las que había plantas. Los traficantes habían manipulado el cableado y las tuberías para disfrutar de electricidad y agua de forma gratuita.

La operación ´Green Beret´ se inició hace algunas semanas, cuando la Guardia Civil recibió información sobre la existencia de un gran laboratorio donde se cultivaban y procesaban grandes cantidades de marihuana. Los agentes encargados del caso llevaron a cabo discretas vigilancias sobre el lugar, un bloque de pisos situado en el número 8 de la calle Judit, en la barriada palmesana del Coll d´en Rabassa. La finca, de tres alturas, tiene seis viviendas.

Los investigadores constataron que la plantación no estaba ubicada en un solo domicilio, sino en varios. Sin embargo, no pudieron precisar en cuántos de ellos, por lo que solicitaron autorización judicial para allanar y registrar las seis viviendas.

Ayer por la mañana, la Guardia Civil irrumpió en los domicilios. Para ello contó con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, que desplegó a varias patrullas por las calles aledañas para garantizar la seguridad del operativo. Los investigadores del instituto armado comprobaron que en tres de las viviendas había plantas de marihuana y detuvieron a dos personas.

El laboratorio estaba repartido en un total de nueve estancias y contaba con sofisticados sistemas para acelerar el crecimiento de las plantas. Los traficantes habían instalado potentes lámparas para dar calor e iluminar el invernadero, que contaba con un sistema de ventilación para renovar el aire de todas las habitaciones.

La Guardia Civil comprobó además que los responsables del laboratorio habían manipulado la instalación eléctrica para lograr suministro de forma fraudulenta. Otro tanto habían hecho con las tuberías del agua. Por ello, empleados de Gesa y EMAYA se desplazaron al lugar.

Durante el registro, los investigadores se incautaron de 1.098 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento, ocho kilos de cogollos secos, varios vehículos de alta gama, ordenadores y otros aparatos electrónicos. También hallaron diversos útiles para el cultivo y la manipulación de la marihuana.

Los dos sospechosos están acusados de delitos contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico. Ambos fueron trasladados a dependencias policiales, donde estaba previsto que fueran interrogados en las próximas horas. Posteriormente serán puestos a disposición del juzgado de guardia de Palma.

Los agentes mantienen abierta la operación. Tras el hallazgo y el desmantelamiento del laboratorio, donde se producían enormes cantidades de marihuana, los investigadores tratan de esclarecer dónde se distribuía la droga. Por ello, no se descarta que puedan producirse nuevas detenciones en los próximos días.