Dos toxicómanos pululaban por el mercado del Olivar en busca de algo de valor que pudieran robar, probablemente para cambiarlo por droga. Se les puso a tiro la cámara frigorífica de un puesto de frutos secos y no dudaron. Salieron de allí con un cargamento de orejones, pasas, dátiles, ciruelas y nueces. Y debía de haber muchos kilos, porque según la dueña los productos valían unos mil euros. Los ladrones colocaron las cajas en una silla de ruedas y las taparon con una manta, como si llevaran allí al abuelo. Pero varios testigos los vieron y ofrecieron su descripción. La víctima se los encontró por la calle cuando volvía de poner la denuncia y alertó a la Policía, que los detuvo enseguida.

Un robo de película

Una joven fue al cine y se dejó en la taquilla su móvil de última generación. Cuando se dio cuenta del descuido y regresó, el teléfono había volado. Con la colaboración del vigilante de seguridad, la Policía no tardó en descubrir que el ladrón era otro espectador, que en ese momento estaba ya en una de las salas. Así que los agentes, con sigilo para no molestar al resto de espectadores, entraron y lo detuvieron.

Código rojo: fogueró

El viernes por la tarde cuatro patrullas de la Policía Local de Palma y una dotación de los Bombers acudieron a toda velocidad a la plaza del Vapor, en es Jonquet. Una llamada había alertado a los servicios de emergencias de que una casa estaba en llamas y salía muchísimo humo blanco. Cuando los efectivos llegaron a la zona comprobaron que la realidad era bien distinta: se trataba de un fogueró en el que ya se estaban torrando sobrasadas y longanizas.

Peligrosa huida

La Policía Nacional acudió de madrugada a atender una llamada sobre un hombre que se descolgaba desde el tercer piso de una finca en Son Gotleu. Los agentes, pensando que se trataba de un ladrón, acudieron rápidamente. Pero cuando llegaron descubrieron que se trataba de un hombre que huía de su compañero de piso, que lo había amenazado con un cuchillo.