Alejandro Ortiz no se decanta todavía por ninguna hipótesis por la extraña desaparición de su hija Malén. La insoportable ausencia de noticias sobre su paradero la sobrelleva con hiperactividad. El padre de la niña participa activamente en las labores de rastreo. El búnker de los acantilados de Cala Figuera, en El Toro, es uno de los recónditos lugares donde le ha llevado la búsqueda de la menor.

"Vino aquí alguna vez. Cuando teníamos una casa en El Toro, paseábamos por aquí para sacar al perro", explica Alejandro para justificar la caminata por el agreste paraje. El padre de Malén mantiene una envidiable entereza, pese a la evidente angustia que le provoca la ausencia de su hija. No obstante no puede reprimir las lágrimas cuando se refiere a ella.

"Si mi hija lee esto, que piense que su padre y su hermano la necesitamos. Todos cometemos errores", apunta. El progenitor de Malén no se decanta por ninguna hipótesis concreta. Una cantidad ingente de ideas enfrentadas se agolpan en su cabeza y no consigue encontrar respuesta.

Alejandro Ortiz solo pide una cosa con vehemencia. "¡Qué vuelva! No importa lo que haya hecho, ya daré yo la cara", sentencia. Algunos amigos de la menor también se han unido a la búsqueda de Malén. Algunos de ellos, incluso, han llevado sus perros para ver si encuentran algún rastro de la niña.

Mientras tanto, el padre reconstruye los últimos minutos de conversación telefónica de su hija para ver si eso le lleva a alguna conclusión. "El lunes a las 15.25 horas llamó a su novio para ver si podía ir allí a comer. A las 15.30 habló con mi secretaria en la oficina después de no encontrarme aquí. A las 15.40 su móvil se apagó y no se ha vuelto a encender desde entonces", detalla.

La última llamada de la que se tiene constancia la hizo la adolescente en la rotonda de Los Piratas, en Magaluf. Su rastro se pierde y Malén no llegó a ir a Son Ferrer, tal y como había anunciado por teléfono. Los carteles con la imagen de la menor han copado buena parte de los árboles y farolas de los sitios que frecuentaba. Su padre piensa extender esta iniciativa a la capital balear.

Carteles en Palma

"Vamos a ir a Palma a pegar más carteles. No sabemos dónde está. Si alguien la ha visto, creemos que es importante que tengan allí su imagen", indica.

Alejandro Ortiz no encuentra ninguna explicación lógica a la ausencia de Malén del domicilio familiar sin previo aviso desde hace más de dos días. "Lleva una buena vida en casa y no le falta de nada. Va bien en los estudios. Con 15 años, cursa cuarto de ESO", indica.

Su entereza se agrieta en cuanto desmenuza las necesidades a las que se enfrenta su hija durante su ausencia. "Tendrá que comer y tendrá que buscarse un sitio donde dormir", se pregunta sin encontrar respuesta.

El padre de la menor reconoce que en lo primero que pensó cuando no tenía ninguna noticia de Malén es que había tenido un accidente con el monopatín. "Llevaba un ´skate´ verde fluorescente. Pensé que se había caído y se había dado un golpe en la cabeza. Pregunté en los hospitales por si alguien sabía algo, pero no había ingresado en ninguno de ellos", recalca.

Antes de adentrarse por el camino al búnker de El Toro, Alejandro Ortiz había participado en la búsqueda de su hija por el torrente de Son Pillo, en Son burgalesas. Tras no encontrar ningún rastro de la menor, decidió ir por su cuenta a este paraje.

Desde que desapareció Malén, la relación que mantiene con Guardia Civil y Policía Local de Calvià se ha estrechado. "El trabajo que están haciendo es excelente al 100%. Solo puedo decir que los dos están siendo un diez en este caso", subraya Alejandro.

Nada más tener conocimiento de la desaparición de la menor, los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palmanova se dirigieron a su domicilio. Tomaron muestras de ADN para tratar de cotejar este material genético.

Rastreo de redes sociales

Asimismo, los agentes del Instituto Armado encargados del caso reclamaron a la familia de la menor todos sus accesos a las redes sociales y registraron la habitación de la menor, por si había alguna carta donde explicase su súbita desaparición.

"Están agotando todas las posibilidades", explica el padre de la menor. Aunque mantiene ciertas reservas para no desvelar el avance de las pesquisas, Alejandro Ortiz adelanta que las noticias que le están llegando no son especialmente positivas. "Se están preparando para lo peor. No quieren que se toque nada para no borrar posibles huellas", detalla.

Pese a este varapalo, Ortiz mantiene una gran entereza. "Intento estar tranquilo, dentro de lo que ha pasado", indica. Las innumerables muestras de apoyo que ha recibido le ayudan a armarse de valor durante estos angustiosos momentos de completa incertidumbre. "Mucha gente me ha llamado para darme fuerza. Se lo agradezco enormemente, pero me gustaría saber algo".