Antonio L.P., el joven encarcelado por matar a su madre a golpes en febrero pasado en Palma, confesó ayer el crimen ante el juez. Por primera vez desde que fue arrestado, el sospechoso reconoció que atacó a la víctima con una mancuerna durante una discusión en el domicilio familiar pero alegó que no pretendía acabar con su vida. Según su versión, tras la agresión dejó a su progenitora tirada en el pasillo y se encerró en su habitación hasta la mañana siguiente, cuando su padre descubrió el cadáver y fue a avisarle. En su declaración, el joven afirmó que su progenitor, también imputado en la causa pero en libertad, no tuvo ninguna participación en el homicidio.

El acusado fue excarcelado ayer por la mañana y trasladado a Vía Alemania para comparecer ante el juzgado de violencia sobre la mujer número 2, que instruye el caso. En sus declaraciones anteriores ante la Policía y el juez Antonio L.P. había ofrecido varias versiones, todas exculpatorias, e incluso llegó a afirmar que había visto cómo su padre mataba a su madre. Ayer, sin embargo, confesó la autoría del crimen.

El joven relató que discutía a menudo con la víctima, María Luisa P.C., de 53 años, porque la mujer solía decirle que había destrozado su vida al dejar embarazada a su novia, una adolescente con la que rompió tras el nacimiento de su hija y que le denunció por malos tratos. Además, añadió que la mujer le llamaba por teléfono unas 15 veces al día. El acusado explicó que el pasado 27 de febrero a medianoche se cruzó con su madre en el pasillo del domicilio familiar, en la calle Rosselló i Caçador. Ambos se enzarzaron de nuevo en una discusión por ese mismo motivo.

Antonio L.P. reconoció ayer que durante esa pelea cogió una mancuerna que había en el pasillo y golpeó con ella a su madre varias veces. El joven explicó que se asustó al ver a su madre tirada en el suelo perdiendo mucha sangre y decidió encerrarse en su habitación. Según dijo, en ese momento no sabía hasta qué punto eran graves las lesiones sufridas por la víctima, pero afirmó que no tenía intención de matarla. El acusado añadió que escondió algunas cosas en su cuarto y guardó la ropa que llevaba en un cajón del armario.

El sospechoso aseguró que su padre, de 83 años, estaba entonces durmiendo en su habitación y no tuvo ninguna participación en la agresión. Fue el hombre quien, a la mañana siguiente, descubrió el cadáver de la mujer y acudió a la habitación de su hijo. Antonio L.P. explicó que cuando entró su padre se hizo el dormido, aunque no lo había hecho en toda la noche. Después, se encerró en el baño hasta que llegó la Policía.

Los investigadores del grupo de Homicidios detuvieron al hijo y al marido de la víctima ese mismo día por su implicación en el crimen, tras ofrecer varias versiones contradictorias de lo ocurrido. El joven ingresó en prisión y el anciano quedó en libertad bajo fianza. Antonio L.P. explicó ayer ante el juez que tras ser encarcelado le contó a su padre que él era el autor del crimen.

La confesión del joven supone el broche final a las pesquisas de la Policía y el juzgado, que desde el primer momento lo consideraron el autor material del homicidio. Tras está declaración, queda en el aire la imputación del padre, que de ser exculpado llevaría la causa a un juzgado de instrucción al no ser un caso de violencia machista.