La Audiencia de Palma juzgó ayer a un joven de 28 años acusado de un violento asalto a una pareja argentina que fue golpeada, atada de pies y manos y secuestrada durante horas en una casa de campo en Cala San Vicente, en Eivissa, en junio de 2010. El acusado negó los hechos y se desvinculó del atraco. La fiscalía solicitaba en un principio para él penas que suman once años y diez meses de cárcel por dos delitos de detención ilegal, robo con violencia y lesiones.

El imputado, que se encuentra preso, rechazó haber acudido con otras tres personas al polígono de San Carlos, donde fueron atacadas las víctimas la madrugada del 20 de junio de 2010. El joven explicó que conocía esa zona porque en esas fechas vivía de alquiler en las cercanías. "Solía pasear por allí con mi perro", añadió. El sospechoso trató de justificar que hubieran aparecido sus huellas en una cinta de embalar en una caseta donde fue retenida la pareja alegando que había tocado el objeto durante uno de esos paseos.

Por su parte, el hombre asaltado recordó que tras cerrar su bar fue atacado junto a su exmujer en un camino de tierra próximo a su casa. Según indicó, le rompieron el cristal del coche, le redujeron, golpearon y taparon la cabeza.