La Guardia Civil ha imputado a dos hombres que caparon a un poni con el método de las cañas, una técnica ancestral prohibida, en Palma. Los sospechosos, el dueño del equino y un conocido suyo, carecen de titulación para ejercer la veterinaria, por lo que están acusados de intrusismo y maltrato animal.

Las pesquisas, llevadas a cabo por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), comenzaron hace unas semanas tras recibir una denuncia del Colegio Oficial de Veterinarios de Balears (Covib). Este organismo había recibido información de que un falso veterinario había castrado a un poni de forma clandestina.

Los investigadores del Seprona consiguieron localizar al animal, que estaba en buenas condiciones, y el lugar en el que se había llevado a cabo la intervención, una finca del término municipal de Palma. Los agentes comprobaron que la operación se había llevado a cabo con la técnica de las cañas, un método ancestral prohibido por el sufrimiento que genera al animal y el riesgo que supone para su vida. Este sistema consiste en estrangular la vena que proporciona riego sanguíneo a los genitales. La Guardia Civil logró identificar al dueño del poni y a un conocido suyo, que al parecer fue quien lo capó. Ninguno de ellos está titulado para ejercer como veterinario.

El presidente del Covib, Ramón García, subrayó que la castración de un caballo "es una intervención que debe hacerse mediante sedación o anestesia". La técnica de las cañas "es un desastre por el sufrimiento que genera y produce una necrosis sin control que puede acabar con la vida del equino", detalló.