Un desprendimiento en el Puig de Son Poc, en el municipio de Bunyola, encendió ayer las alarmas. Sobre las 11:05 horas de la mañana varias llamadas alertaban al Servicio de Emergencias 112 del suceso. Parte de la cima de la montaña había se había desplomado. La ladera del monte quedó cubierta con cerca de 30 toneladas de rocas, algunas de grandes dimensiones.

El desprendimiento afectó cuatro casas. Una de las rocas se incrustó en una de las viviendas, sin que se produjesen heridos.

Desde el SEIB112 se activó el correspondiente protocolo de emergencia. De inmediato se dio aviso a los Bomberos de Mallorca, Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil de Bunyola y SAMU 061.

También acudió un geólogo para analizar el riesgo de que se produzcan nuevas caídas de piedras y determinar si es preciso precintar el área para evitar mayores peligros. Hoy continuaran las investigaciones y se prevé que un equipo acceda hasta el punto exacto del desplome.