El tribunal que juzga el caso Kabul ordenó ayer la búsqueda, detención e ingreso en prisión de un acusado que no se presentó a la vista. La sala, que adoptó esta decisión a instancias de la fiscalía y sin que la defensa se opusiera, justificó su decisión en las repetidas incomparecencias del procesado.

Durante la sesión de ayer declararon catorce guardias civiles, entre ellos el jefe y varios miembros del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Eivissa, que investigó al clan de traficantes que operaba la isla. Los agentes explicaron que sometieron a vigilancias y seguimientos al considerado cabecilla del grupo. Este procesado, según dijeron, viajó varias veces en barco desde Barcelona a Eivissa antes de ser detenido en septiembre de 2008, cuando regresaba a la península con 2,5 kilos de cocaína ocultos en el doble fondo de un coche y 252.000 euros en metálico encima. El jefe del EDOA de Eivissa aseguró que él mismo viajó a Palma en un helicóptero oficial unos días después para entregar la sustancia incautada al laboratorio de Sanidad que debía analizarla, aunque al parecer no fue examinada hasta dos años y medio después.

También declararon ayer varios guardia civiles que participaron en el registro de la vivienda en Son Banya de Juan Cortés Picazo, El Loco, hermano de La Paca. Los investigadores explicaron que hallaron en la vivienda varias joyas y unos seis gramos de cocaína en roca en una mesita de noche.

Los agentes relataron también que en un domicilio propiedad de El Farru cerca de Son Ferriol encontraron varias tabletas de hachís y que en otras viviendas de Palma aparecieron diversas cantidades de cocaína y heroína. El juicio continuará el próximo lunes con la declaración de más testigos.