"Lamento lo sucedido. Siento haberle hecho daño a Tomeu". Con estas palabras, Natividad P.R., cuñada de La Paca, reconoció ayer haber apuñalado en el cuello a un anciano que había sido su benefactor. El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial la condenó ayer a siete años de prisión -cinco por intento de homicidio y dos por robo con violencia.
La sentencia in voce se pronunció tras alcanzar un acuerdo de conformidad entre el fiscal y la abogada defensora de la procesada. El representante del ministerio público rebajó su calificación de asesinato en grado de tentativa a intento de homicidio. Esto supuso una reducción de la petición de 10 a cinco años de prisión.
No obstante, el fiscal mantuvo su solicitud de dos años de prisión por robo con violencia, aunque rebajó su petición inicial en seis meses. También acordaron una indemnización de 13.080 euros a la víctima por las lesiones sufridas y las secuelas. La resolución judicial recogió asimismo el atenuante de drogadicción de la encausada.
Los hechos por los que la cuñada de Francisca C.P. La Paca fue juzgada ayer ocurrieron la tarde del 23 de julio de 2011 en un domicilio de la calle Gabriel Miró de Palma. Sobre las cuatro de la tarde, Natividad P.R., de 43 años, insistió que le diera dinero "insistente y agresivamente" al anciano de 75 años que la había acogido.
Ante la negativa de la víctima a darle dinero y a mantener relaciones sexuales con ella previo pago, la encausada se hizo con un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja. El fiscal resaltó en su escrito que la agresora no dio a la víctima la mínima oportunidad de defensa. "Con el fin de acabar con su vida y hacerse con el dinero, tras abrazarle, le asestó sorpresivamente varias puñaladas en el cuello".
A continuación, la agresora se apropió de la cartera de la víctima, que contenía 180 euros, además de documentación personal. El corte en el cuello seccionó la vena yugular derecha del anciano y el músculo esternocleidomastoideo. Horas más tarde fue detenida.
El fiscal reconoció en su escrito de acusación que la adicción a las drogas de la procesada "le mermaba levemente sus facultades de conocimiento y decisión" en el apuñalamiento.
