­La Audiencia Nacional inició ayer el juicio contra una banda de presuntos narcotraficantes que supuestamente se dedicó entre los años 2007 y 2008 a introducir toneladas de hachís en Mallorca que luego eran distribuidas por distintos puntos de España. Los 16 integrantes del clan, que trabajaba con redes de traficantes de Galicia y Andalucía, supuestamente adquirían la droga en Marruecos y la transportaban a la isla, donde la almacenaban antes de enviarla a la península.

La gran mayoría de los acusados admitió ayer los hechos ante el tribunal en Madrid y se conformó con los cargos que les imputaba la fiscalía, que rebajó las penas que les pedía. Entre los procesados se encuentran cinco miembros del club de motoristas Corsarios MC Inca, con sede en Binissalem, que también están acusados de un delito contra la salud pública por traficar con hachís a menor escala en la isla. Los cinco confesaron los hechos. La Guardia Civil registró en noviembre de 2008 el club de moteros donde encontró medio kilo de hachís y pequeñas dosis de cocaína. En total, los agentes intervinieron a la organización a mediados de 2008 casi siete toneladas de hachís que entraban o salían de Mallorca.

A pesar de que la mayor parte de los integrantes de la banda se conformó con las penas de entre tres y cuatro años de prisión que rebajó el fiscal, cuatro imputados no llegaron a un acuerdo con el ministerio público, por lo que la vista oral continuó en la Audiencia Nacional. Uno de estos últimos sospechosos es el tripulante de un velero interceptado en agosto de 2008 por la Guardia Civil cuando navegaba con 3.104 kilos de hachís. La embarcación procedía del norte de África y se dirigía a la isla. Los agentes llevaron la nave a puerto con el centenar de fardos descubiertos que fueron desembarcados en la zona de Alcúdia.

Según la fiscalía, los acusados desde octubre de 2007 traficaban con drogas en Mallorca. Los jefes del clan habían contactado con otras redes de Galicia y Cádiz para llevar a cabo acciones conjuntas. También tenían ramificaciones en Cataluña. Una partida de 3.400 kilos de hachís fue incautada en 2008 en un camión que llegó a Barcelona procedente de Palma.