Seis presuntos narcotraficantes se sentaron ayer en el banquillo de los acusados por elaborar y distribuir pastillas de éxtasis, anfetaminas y cocaína en s´Arenal, en Palma. Los procesados negaron haber tenido un laboratorio para procesar la droga en un domicilio, tal y como sostiene la fiscalía. Dos de ellos reconocieron que las casi dos mil pastillas que les incautaron las habían adquirido para revenderlas debido a su precaria situación económica, pero todos negaron ser miembros de una banda organizada para distribuir estupefacientes. El ministerio público reclama para los procesados penas que suman 34 años de prisión.

La fiscalía afirma que los acusados –tres españoles, dos alemanes y un eslovaco– se dedicaron a mediados del año pasado a la venta de cocaína, éxtasis y anfetaminas en Mallorca. Según las pesquisas de la Policía, los dos germanos elaboraban pastillas de MDMA en su vivienda en la zona de Ses Cadenes, y el resto de acusados las distribuían a pequeña escala. Los agentes encontraron en la vivienda una plancha hidráulica, moldes y colorantes e interceptaron a dos de ellos con 1.766 pastillas.

No era un laboratorio

Los dos alemanes negaron ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, que esos útiles fueran suyos. Según explicaron, ya estaban allí, como otros muchos efectos, cuando alquilaron el inmueble. Ambos aseguraron que nunca han traficado con drogas.

Otro de los acusados, de origen eslovaco y que residió durante un tiempo en la vivienda sospechosa, fue arrestado cuando acababa de entregar casi dos mil pastillas de éxtasis a uno de los presuntos ´camellos´ de la banda. Ayer reconoció ante el tribunal que la droga era suya, pero negó que procediera de la vivienda de Ses Cadenes. El hombre explicó que consiguió las pastillas, a través de otra persona a la que no quiso identificar, en un bar y que pretendía revenderlas. Según dijo lo hizo por las dificultades económicas que atravesaba. "Fue la primera y la última vez", aseguró.

Los tres acusados eran, según la fiscalía, los encargados de la venta a pequeña escala de los estupefacientes. Uno de ellos reconoció que había aceptado distribuir pastillas de éxtasis "porque tenía muchas deudas de juego". Fue este sospechoso a quien la Policía detuvo con las dos mil dosis cuando acababa de recibirlas. Los otros dos implicados negaron las acusaciones del ministerio público y explicaron que conocían al eslovaco porque reparaba coches en el taller donde ellos trabajaban. Ambos negaron rotundamente haberse dedicado a la venta de sustancias estupefacientes y alegaron que solo eran consumidores.

Varios de los abogados defensores de los acusados solicitaron al inicio de la vista que se declarase la nulidad de las escuchas telefónicas practicadas por la Policía y el registro de la vivienda donde se encontraron parte de la droga y los útiles para su elaboración. Según alegaron, se practicaron de forma irregular.

La Policía, que investigó durante semanas a los acusados, concluyó que los seis formaban parte de una red organizada para la distribución de éxtasis y cocaína en locales de ocio nocturno de s´Arenal. Aunque arrestó a nueve personas, tres de ellas fueron exculpadas después.