­Un joven convivió durante dos meses con el cadáver de su madre en su domicilio de la localidad valenciana de Aldaia y no informó del fallecimiento porque no quería perder su pensión, que ascendía a 600 euros.

Tanto el joven, de unos 20 años, como su madre, de casi 60, estaban empadronados en el municipio valenciano de Torrent, pero, sin embargo, vivían en un piso alquilado en Aldaia, ubicado en la calle Fernando Narbón. Asimismo, ambos ejercían la mendicidad en la localidad de Alaquàs. Al ver que no podían hacer frente al pago del alquiler de la vivienda en la que residían, los dos se presentaron en el ayuntamiento de Aldaia para informarse y pedir ayuda. Desde el consistorio fueron atendidos y les pusieron una cita para el pasado mes de febrero, pero no acudieron, puesto que la madre ya había fallecido, señalaron fuentes municipales.

El joven, que estaba desempleado y no recibía asistencia por parte de los servicios sociales, pudo no comunicar la muerte de su madre por necesidad, para supuestamente seguir cobrando la pensión que tenía su madre. Los bomberos fueron los que encontraron el cadáver de la mujer el jueves, después de que un vecino alertara a la Policía del fuerte olor que desprendía la vivienda. Este mismo vecino contó que llamó a la Policía porque la escalera "olía mal" y "había muchas moscas", con lo que empezaron a sospechar que ocurría algo extraño.