Entre carritos de la compra, verdulerías y carnicerías un puesto singular había abierto sus puertas en el mercado de Santa Catalina. Se trata de Dona Sana, una tienda consagrada a la salud sexual de la mujer. Allí se podían conseguir desde consejos y asesoría de una ginecóloga o una sexóloga hasta adquirir juguetes eróticos.

Estos últimos se mantenían guardados para preservar la discreción en el mercado. Julia Boada ejerció de encargada en Dona Sana durante unos cuatro años. El pasado mes de septiembre se despidió de las compañeras para "irse de vacaciones", antes de ser detenida en Australia.