El cadáver de José Alameda fue descubierto el 15 de agosto por la tarde por una pareja de Lloret, entre unos arbustos al lado de un camino. Estaba vestido solo con unos calzoncillos, y envuelto en una sábana que posteriormente se comprobó que era de su domicilio. Este fue uno de los primeros indicios que llevaron a los agentes a suponer que el hombre había sido asesinado en su casa, y luego trasladado hasta allí. El hombre tenía toda la cara envuelta con cinta de embalar, desde la boca hasta los ojos.

La autopsia reveló que la víctima había recibido varios golpes en la cara, aunque no eran graves. También presentaba mordeduras de animales producidas tras su muerte, durante el tiempo que permaneció a la intemperie. La causa de la muerte fue la asfixia. El cadáver tenía un surco en el cuello, producido al parecer al estrangularle con un lazo. El fallecido no presentaba ninguna señal de defensa.