Cuatro años de prisión es la pena que ayer solicitó la fiscal contra un individuo que el pasado día 19 de enero asaltó una entidad bancaria de la calle Infante Ferrán, en Palma. El acusado, José F.G., defendido por la abogada Nora Moyà, reconoció los hechos, si bien alegó que lo hizo porque un grupo (del que no dio ningún dato) había amenazado con matar a su mujer y a sus hijos si no pagaba una deuda de 50.000 euros.

El acusado, que casualmente había realizado unas obras en esta oficina, entró en la entidad cuando ya no había clientes. "Esto es un atraco", anunció a las dos empleadas, al tiempo que les insinuaba que llevaba un arma en una bolsa. El atracador reconoció que obligó a la directora a que abriera la caja fuerte. Al tratarse de un mecanismo que tarda unos minutos en abrirse, durante este tiempo el hombre permaneció hablando con las empleadas, mirando la cámara de grabación. "Sabía que me estaban grabando y que sería pronto detenido".

En su defensa alega que actuó por miedo porque le habían dado un plazo muy corto para devolver el dinero. "Planifiqué el atraco pocas horas antes porque temía por mi familia". El acusado negó que hubiera obligado a las víctimas a que le entregaran la grabación y afima que les cometía el atraco porque su familia estaba en peligro. Las empleadas, en cambio, afirman que el atracador les manifestó que le entregaran las cintas, pero le dijeron que las cintas estaban en la central y no en la oficina. Las mujeres le entregaron un botín de 58.000 euros. "Sólo cogí el dinero necesario para pagar la deuda", afirmó el acusado. Las dos mujeres tuvieron que entrar en el cuarto de la limpieza para que el atracador pudiera huir. La Policía le detuvo nueve días más tarde. Sólo tenía 4.500 euros y se había comprado una furgoneta.

El acusado reconoció que hace 15 años había cometido otro atraco a un banco, en simulares circunstancias, y que había cumplido cuatro años de cárcel. "Esa vez me entregué", recordó.