La joven mallorquina Aina Frau y su compañero catalán Bernat Palau, que lograron sobrevivir al naufragio de una barca en México, aseguran que les engañaron sobre la peligrosidad del río Tanchachín, en el que las autoridades habían prohibido la navegación por las intensas lluvias. "El barquero nos dijo que era seguro cruzarlo en aquel tramo. Él saltó y nos dejó solos en la barca. Caímos al agua y la corriente nos separó. Nadamos y, aún no sabemos cómo, logramos salir", explicaron los jóvenes a DIARIO de MALLORCA en un correo electrónico. En el naufragio desaparecieron cuatro jóvenes catalanes que navegaban también en la barca. El cadáver de uno de ellos fue hallado ayer a 18 kilómetros del lugar del accidente y los equipos de emergencias seguían buscando al resto.

Los dos supervivientes, estudiantes de Telecomunicaciones en la Universitat Politècnica de Catalunya, relatan que tras concluir el proyecto que les llevó a principios de julio a México junto a Francesc Espasa, uno de los desaparecidos decidieron visitar algunos lugares antes de volver a España. "El día 28 teníamos previsto visitar las cascadas de Tamul. Fuimos a la oficina de información turística y nos dijeron que debido a las fuertes lluvias no se podía llegar allí", explican Frau y Palau. "Uno de los conductores que lleva grupos a los sitios turísticos nos dijo que estaba organizando un grupo para ir a Tamul por otro camino por el que llegaba bien".

Este hombre llevó a los tres estudiantes a la camioneta que debía llevarles hasta las cascadas junto a las tres jóvenes gerundenses con las que acabarían naufragando. "Llegamos a un río donde había un barquero que nos tenía que pasar al otro lado, aunque cuando subimos a la camioneta no sabíamos que había que cruzar un río. Era una zona muy plana y no se veían rápidos ni remolinos. Nos dijo que era seguro", cuentan los supervivientes.

Frau, Palau y Espasa subieron a la barca junto a las tres chicas de Girona, el guía y el barquero. Lo que debía ser una corta travesía acabó en tragedia. "Todo iba bien, pero cuando llegábamos a la otra orilla la barca empezó a girar sobre sí misma. El barquero saltó y al hacerlo nos impulsó hacia el centro del río. Nos dejó solos", recuerdan. "Intentamos agarrarnos a las ramas bajas de un árbol para ver si podíamos parar la barca. Veíamos muchos rápidos y no sabíamos a qué distancia estaba la cascada. Cuando nos agarramos no pudimos aguantar la fuerza de la corriente y caímos al agua", explican Aina Frau y Bernat Palau, que vio a Francesc Espasa pasar a pocos metros de la orilla con la cabeza fuera del agua. "La corriente nos separó y nosotros dos, aún no sabemos cómo, logramos salir nadando".

Los dos supervivientes fueron a pedir ayuda. Varios habitantes de la zona, efectivos de Protección Civil y policías comenzaron entonces a buscar a los cuatro desaparecidos. "Empezó a llover y en cuestión de horas el caudal del río aumentó un metro", cuentan Frau y Palau, que niegan haber sobornado al barquero para que obviara la prohibición de cruzar el río, tal y como señalaron algunos medios mexicanos. "Estamos muy afectados por lo ocurrido", concluyen.

Los equipos de emergencias mexicanos hallaron a última hora del viernes el cadáver de una de las jóvenes desaparecidas, Neus Terradas, a unos 18 kilómetros del lugar del naufragio. Los servicios de Protección Civil del estado mexicano de San Luis de Potosí retomaron ayer por la mañana las tareas de búsqueda de los tres estudiantes catalanes que siguen. Según confirmó el responsable del dispositivo, el comandante Gerardo Cabrera Oliva, los efectivos terrestres y acuáticos –alrededor de un centenar– trabajaban en cooperación con los habitantes de la zona que se ofrecieron a participar. Estaba previsto que en se incorporara al dispositivo un helicóptero para realizar la búsqueda desde el aire, explicó Cabrera.